
En la reunión de mujeres de Europa del este realizada la semana pasada en San Petersburgo -antigua capital imperial de Rusia- la diputada argentina Mayra Mendoza logró entregar al presidente Putin una carta para interesarlo por la situación jurídica de Cristina Kirchner.
Mujer inteligente y preparada, la diputada Mendoza sabe perfectamente «quién es» el presidente Putin, de lo contrario no se hubiera animado a semejante acción.
Pretender involucrar a mandatarios extranjeros en la supuesta «falta de justicia» en la Argentina como fórmula para victimizar a Cristina Kirchner solo es posible con presidentes como Putin, y no quedan muchos mas, en realidad quedan muchos menos presidentes que se llevan la ley internacional por delante, como Putin, que decidió en 2014 invadir militarmente a la provincia ucraniana de Crimea. Más acá, por caso, antes de las elecciones presidenciales Putin consiguió encarcelar al único político opositor que le hubiera hecho sombra el día de la votación.
La República de Georgia, ante el temor de una invasión militar por parte de Putin como ocurrió en Ucrania, esta solicitando el ingreso a la OTAN para contar con un respaldo preventivo.
Los países democráticos que integran la Unión Europea, con Estados Unidos y Canadá, mantienen sanciones económicas y financieras sobre Rusia para frenar el apetito territorial de Putin, acciones que deterioran la calidad de la economía de Rusia, mientras Putin busca refugio en el gobierno comunista de China.
La diputada Mendoza sabe muy bien adónde fue a buscar «protección» para Cristina Kirchner, al Presidente de un gobierno que ya ha logrado una amplia repulsa internacional.
