
En 2019 nuestro país alcanzará un superávit comercial de bienes. El mismo responderá tanto a un aumento de las exportaciones (que conforme a nuestras estimaciones rondaría el 6% i.a.) como a un retroceso de las importaciones (caerían alrededor de 8% i.a.).
Por el lado de las ventas externas, la recuperación del sector agropecuario será fundamental. Paralelamente, la mejora en la competitividad cambiaria, mayores saldos exportables a raíz de la recesión y una economía brasilera más pujante con un Real fortalecido (estimamos un importante influjo de capitales una vez superado el proceso electoral) explican la recuperación esperada.
Por último, las sensibles mejoras en la producción de petróleo y gas no convencional en Vaca Muerta ayudarían a sustituir importaciones energéticas e incluso sumarían a las exportaciones (ya hay un pedido de exportación de gas a Chile autorizado y otros seis pendientes de aprobación). Asimismo, las compras externas se verían golpeadas por una economía local que no repunta y un tipo de cambio real que no volverá a apreciar de manera significativa.
En este marco, estimamos que el saldo del intercambio de bienes cerraría 2019 en terreno positivo, ubicándose en la zona de USD 3.500 millones.
