OPINIÓN
Por Martín Simonetta, economista de la Fundación Atlas, especial para lacity.com.ar
La política del nuevo presidente del Banco Central, Guido Sandleris, ha logrado “calmar” el clima político a fuerza de LELIQs.
Estas letras de alta rentabilidad en pesos comparadas con la alta inflación, ha logrado esterilizar pesos que –en otras circunstancias irían al dólar. De esta forma, los bancos compran LELIQs y atraen a los inversores privados a realizar depósitos con atractivas tasas en pesos, cercanas al 50% anual. Volvió el “carry trade”. Al menos por ahora.
Pero por el lado de la economía real, las cosas no son tan sencillas. La confluencia de recesión e inflación (que en 10 meses del año ya supera al 45%) atacan crudamente a la producción.
La política sabe que los argentinos nos conformamos con estar “mal pero acostumbrados” porque sabemos que se puede estar peor, si recordamos crisis como las 2001-2002, por ejemplo.
El gobierno apuesta a superar la Cumbre del G20 en relativa calma, luego superar la ya clásica tensión de fin de año, y así poder aspirar a competir exitosamente en las PASO de agosto y las elecciones de octubre.
Asume que la economía tendrá algún tipo de reactivación sojera cerca del segundo trimestre (como habitualmente), si el clima y otros factores acompañan.
Por otra parte, la “devaluación competitiva” (de 18,75 pesos por dólar a cerca del doble en la actualidad) ya fue devorada por la voracidad de una inflación cercana al 50% en el año, que ya mencionamos.
