OPINIÓN

* Por Norberto Zingoni corresponsal de LaCity.com.ar en Madrid
Me solicita el amigo director de esta página algún comentario (“como hombre de fútbol”, me dice) sobre el espectáculo grotesco de las barras bravas argentinas que frustraron una vez más la fiesta popular del fútbol. En el mundo hay estupefacción (basta ver los diarios extranjeros) pero en los aficionados al fútbol hay pura y simplemente… dolor. Bastaba ver el sábado a la noche en televisión al zurdo López aquel jugador de Independiente que jugó en España y es hoy un destacado comentarista deportivo de Canal Plus y que estaba esperando las imágenes del partido para comentarlas. Y en lugar del “verde césped” aparecieron los vándalos. López tenía los ojos llorosos; o había llorado, o estaba por llorar cuando vio el aquelarre aquel. Como muchos de nosotros; tristeza infinita.
Fui, como dice el amigo director, y soy un hombre de fútbol. Es y fue mi pasión. Tuve la fortuna de jugarlo (hasta profesionalmente) y de estar siempre ligado a ese deporte que me enseño tantas cosas. Pese a que había habido momentos difíciles (como hincha el sudamericano del 59 en la cancha de River, la puerta 12, etc.) ni de lejos se veía esto en tantos años de fútbol; pero hubo sí un momento en que el fútbol en la Argentina empezó a derrapar. Aparecieron los “barra brava”. Que nunca los había habido. Apenas si veíamos algún pequeño grupo que se agarraba a las trompadas en la tribuna o algún rifirrafe en la sede social del club contra el presidente (que dicho de paso eran mucho más honestos que estos de ahora). A mediados de los ochenta o principios de los noventa los barra brava se hacen dueños de los clubes: ponen presidentes afiliando y llevando a votar a la banda, tienen el buffet y el estacionamiento del club lo cual les da el dominio de la sede y de los partidos, aprietan a los jugadores para que los financien, etc. Y ahora, para completarla, la droga.
Hubo intentos de encaminar estos síntomas que recién empezaban pero que hoy son la certeza de una grave enfermedad. Intentos frustrados. Pero quiero contarles uno de ellos. En un partido, por aquellos años de finales de los ochenta, de Boca-San Lorenzo en la cancha de Boca uno de estos descerebrados tira una larga y pesada barra de hierro desde la parte alta con tanta “mala suerte” que le abre la cabeza a un hincha del equipo contrario que estaba en la bandeja de abajo. Y lo mata. ¡Y otra vez sopa! Como va a pasar con lo del sábado: reunión en presidencia de la Nación con el presidente de la AFA, (en ese momento era Grondona), más los responsables de los organismos de seguridad, más la Secretaría de Deportes, etc. etc. Y muchas buenas intenciones.
Solo que aquella vez la Comisión que se formó para redactar la nueva ley de violencia en el deporte era presidida por el presidente de la Corte Suprema el recordado Dr. Levene. Una garantía. Participé como abogado en esa Comisión por la Secretaría de Deportes. Durante más de seis meses se trabajó -artículo por artículo- en la ley que aprobó la Cámara de Diputados. Y ahora a lo que quiero destacar:
1) Cuando la ley pasó al Senado el presidente de la comisión de Deportes boicoteó la ley (pese a que el presidente de la Corte Dr. Levene garantizaba una buena ley) porque según balbuceó “no había participado convenientemente”. O algo así. En realidad era por cartel político. Primera conclusión: cuando la política mete mano en el fútbol mala cosa. Como el espectáculo bochornoso de las autoridades de Nación y Capital que se enrostran la culpa de lo que pasó el sábado sin importarles un rábano ni el fútbol, ni los hinchas, ni los jugadores. Solo les interesa que el hecho no les entorpezca su “carrera” política. O el caso del maravilloso equipo del Barcelona de Messi al que Guardiola enloda bautizándolo como el equipo “embajador de la independencia de Cataluña”. Mezclando fútbol y política.
2) Segunda conclusión: Hay que preguntar a los que saben. En esa Comisión participaban el jefe de la Superintendencia de Seguridad y el abogado de la Policía Federal. ¡Ellos sabían más que nosotros de la violencia en el fútbol! “Ustedes sigan con la descripción de los delitos en el fútbol, pero a nosotros, a la policía, nos sirven las Contravenciones, la posibilidad de penar con hasta 30 días de arresto”. Y pusimos en la ley que se probaba la contravención (disturbios, agresiones, bengalas, etc.) con la filmación o el solo informe del policía a cargo. ¡Y 30 días adentro! Sabemos que la plaga de Zaffaroni ha hecho estragos en la justicia y quitó el Código Contravencional. Pero si con la sola y simple prueba de la filmación y/o el testimonio del policía alcanzara para probar la contravención, no habrá juez “garantista” que se anime a dejar en libertad a los vándalos.
Pensemos que pasará con los que tiraron piedras el sábado: se los detiene y se los imputa, a lo sumo de lesiones leves. Delito excarcelable. Salen excarcelados en dos horas.
En cambio con el sistema contravencional: treinta días presos. Con la sola filmación de los noticieros más el testimonio de los oficiales a cargo. Rodriguez Larreta: usted tiene un oportunidad única de reivindicarse con un nuevo código contravencional.
Igual: se siente un inmenso dolor. El más grande deporte popular, el maestro que nos enseñó la nobleza y la importancia de trabajar en equipo, no merecía ser ensuciado por esta gentuza.
