
A diferencia de lo ocurrido durante la primera parte de noviembre, en el último tramo del mes la cotización del dólar volvió a orientarse al alza, alejándose del piso de la “zona de no intervención” dispuesta por el Banco Central. Son diversos los motivos detrás de este comportamiento (los pesos liberados post licitación de LEBAC, las restricciones impuestas a los bancos para operaciones de carry trade o la proximidad de fin de mes, entre otros), aunque todos apuntan a movimientos de carácter más bien transitorio en el precio de la divisa, en contraste con la tendencia más de fondo que muestran los números del sector externo, donde se observan mejoras en la balanza comercial (tanto en bienes como en servicios) y una fuerte caída en el atesoramiento de dólares por parte del sector privado.
Continuando con la dinámica que mostró la cotización a lo largo de octubre, en las primeras semanas de noviembre el dólar se había venido deslizando a la baja de forma constante, llegando a posicionarse en $35,51 el día 12 del mes, a escasos 10 centavos del piso de la “zona de no intervención”. Apartándose de esta tendencia, el viernes pasado la cotización comenzó a mostrar un movimiento al alza, alcanzando a comienzos de esta semana los $39 a nivel mayorista, aunque luego el precio de la divisa pasó a marcar un retroceso, hasta cerrar el día jueves en $37,72, recortando las subas previas.
En particular, en lo que hace a este último punto, la semana pasada se llevó a cabo la última licitación de estos instrumentos, cuyo stock estaría siendo cancelado completamente a mediados de diciembre. En dicha licitación, el BCRA renovó $39.754 millones, que frente a un vencimiento de $141.237 millones con inversores no bancarios, implicó la inyección de cerca de $103.000 millones al mercado. De este monto, tan sólo un 33% ($33.500 millones) fue canalizado a la licitación de Letras en pesos que realizó el Ministerio de Hacienda esa misma semana, por lo que es posible que parte de los fondos restantes terminaran ejerciendo una transitoria presión alcista sobre la cotización del dólar.
Por otro lado, en lo que hace al rendimiento de las LELIQ, si bien este acumula una caída de 13 puntos porcentuales desde el pico de octubre (pasó de 73,5% a 60,7% actualmente), aún no se ha trasladado de forma notoria a las tasas de los depósitos a plazo, instrumento al que pueden acceder los inversores no bancarios. Con tasas de interés que aun superan el 50% a nivel mayorista, los depósitos a plazo fijo siguen otorgando rendimientos mensuales del orden del 4%, los cuales resultan superiores al ritmo el que se ajusta la banda inferior de la “zona de no intervención” del BCRA. De igual forma, los rendimientos de las Letras del Tesoro en pesos tampoco han mostrado cambios significativos en el último mes, manteniéndose también levemente por arriba del 50%, por lo que no resulta tan evidente que el descenso en las tasas de las LELIQ haya incidido en la reciente suba del valor de la divisa.
