Como en el mejor estilo western un grupo de pobladores de villas miserias atacó una formación del tren Belgrano en las cercanías de la ciudad de Santa fe y, mediante una precisa maniobra, robó parte de su cargamento en un saqueo que no es el primero y parece no ser el último.

La secuencia comenzó a media tarde e involucró a una locomotora, que arrastraba 60 vagones cargados con granos de maíz, que tenían como destino la localidad de Timbúes para su posterior embarque y venta al exterior.

Los incidentes se presentaron en momentos en que la formación ferroviaria circulaba a la altura de Santa Rosa de Lima de la capital provincial, uno de los mas pobres de la ciudad, conocido por la historia del boxeador Carlos Monzón, oriundo del barrio.

Los investigadores del robo al tren afirman que fue de una maniobra que se repite ejecutada por pobladores “expertos” que consumaron un robo cuantioso.

Aprovechando la marcha mas lenta en la zona un grupo de malvivientes se “coló” en la formación y cerró la válvula de presión de agua, lo que provoca la detención del tren.

Ante esta circunstancia algunos de los vagones abren automáticamente sus tolvas y dejan caer su carga.

Hombres, mujeres y hasta algunos menores de edad con la ayuda de palos y carretillas, comenzaron a levantar los granos para finalmente acomodarlos en bolsas.

Poco después llegaron al lugar operarios del Belgrano Cargas, junto a personal policial, quienes se quedaron toda la noche tratando de impedir que el saqueo fuese de mayor magnitud.

Los voceros del ferrocarril Belgrano Cargas estimaron que fueron siete los vagones robados, y que el cargamento perdido es cercano a las 250 toneladas de maíz.