Ayer jueves por la tarde la Legislatura porteña aprobó el proyecto que prohíbe a los trapitos y limpiavidrios en la Ciudad, tras un largo debate en la ultima sesión ordinaria del año, con 40 votos a favor y 20 en contra.

La iniciativa, la había tomado el actual Presidente, Mauricio Macri, cuando era candidato a Jefe de Gobierno porteño en 2007. El oficialismo ha conseguido así una ley que impulsó hace más de una década pero que nunca contó con el respaldo del suficientes de los demás bloques.

Los cambios en la reglamentación plantean la prohibición total de la actividad, es decir, que las fuerzas policiales podrán podrán actuar sin denuncia si detectan a una persona en infracción.

Hasta este jueves, la actividad era considerada “infracción” si se comprobaba que había una “exigencia” de dinero por parte de la persona que ofrecía el servicio.

Tras la reforma, “quien exige retribución por el estacionamiento o cuidado de vehículos sin autorización legal” la sanción será de uno a cinco días de trabajo de utilidad pública o multa de 150 a 1.500 Unidades Fijas.

Por otro lado, la multa se duplicará en los casos que el delito “esté basado en la desigualdad de género”. Además, los casos en que la modalidad se produzca en un estadio de fútbol y se pueda comprobar la participación directa o indirecta de autoridades vinculadas al club, institución u organizador, la multa será de 5.000 a 10.000 unidades fijas, además de la clausura de sus instalaciones.