
Cuando José López fue encontrado en un monasterio intentando esconder bolsos con casi 9 millones de dólares y armas, todos pensaron que la capacidad de asombro había tocado el límite. Pero la realidad tenía una vuelta de tuerca más. Oscar Centeno, el chofer del exfuncionario K Roberto Baratta, destapó uno de los casos de corrupción más grandes de la historia argentina. Con sus anotaciones en libretas, reveladas por una investigación periodística, describió un gigantesco entramado de cobro y pago de coimas que se iniciaba en la Casa Rosada y terminaba en los despachos de grandes empresarios de la obra pública. Tras la difusión del contenido de sus textos, la Justicia detuvo a decenas de empresarios y ordenó múltiples allanamientos a propiedades de la expresidenta Cristina Kirchner.
El chofer de Baratta -ex número dos en el Ministerio de Planificación de Julio De Vido- anotó durante casi diez años las rutas que recorrió con el auto oficial que manejaba. Los escritos de Centeno en ocho cuadernos fueron la pieza clave que la Justicia utilizó para desentramar el circuito de recaudación de coimas durante el kirchnerismo.
Los apuntes dejaron al descubierto que el equipo a cargo de De Vido habría cobrado coimas de empresarios del sector energético y de la obra pública mediante una maniobra que surgió bajo las directivas del expresidente Néstor Kirchner. Inicialmente las anotaciones registraban kilómetros. Pero los investigadores encontraron nombres de exfuncionarios implicados, contratistas de empresas, dominios de autos y montos de dinero. También figuran más de 30 domicilios desde donde se recogieron bolsos con dinero. Según dejó asentado Centeno, otras direcciones se usaban como refugios para guardar los bolsos con plata.
A partir de la difusión del contenido de cada uno de los cuadernos, la Justicia comenzó en paralelo una serie de medidas que incluyó la detención de decenas de empresarios, muchos de los cuales devinieron en «imputado colaborador», es decir, arrepentido. Esa nueva figura permitió otras detenciones y más procedimientos que intentaron desenmarañar aún más la trama de corrupción muy similar a lo que pasó en Brasil con el «Lava Jato».
