INTERNACIONAL

Organizada por el conjunto de los partidos de la oposición y los sindicatos, así como por ONG, la manifestación congregó a cerca de 6.000 personas frente al Parlamento, entre ellos húngaros expatriados. También hubo manifestaciones en las ciudades de provincia.
Esta cifra está por debajo de las expectativas de los organizadores, que esperaban movilizar a varias decenas de miles de personas para reactivar el movimiento después de las vacaciones. Antes de Navidad, el movimiento había logrado organizar diez días de manifestaciones, algunas de las cuales estuvieron marcadas por la violencia.
Sin embargo, en abril tuvo lugar la cómoda reelección de Orbán para un tercer mandato: “Lleva una política social muy fuerte desde el gobierno por eso revalidó con una tercera mayoría absoluta. Se ha hecho famoso por sus medidas sociales. Claro que la gente le vota por los apoyos sociales y porque él cobraba impuestos a las multinacionales y daba ayuda a los sectores más desfavorecidos”, explica José Luis Orella, profesor de Historia en la Universidad CEU San Pablo de Madrid.
La oposición también pide más libertad para los medios de comunicación públicos y reclama la supresión de una reciente reforma de justicia que amenaza con reducir la independencia de los magistrados.
