BRASIL

El nuevo ministro de Economía, Paulo Guedes, anunció al otro día de asumir el cargo, la decisión de no apostar al gradualismo y aprovechar el capital político inicial para lanzar cambios estructurales claves para el crecimiento de largo plazo
Si uno mira los datos de Inversión Extranjera Directa (IED) que publica CEPAL, en 2017 América Latina y el Caribe recibieron US$162.000 millones. Brasil se llevó el 44%, luego México absorbió el 19,6%, en tercer lugar Colombia con el 8,6% del total y recién en cuarto lugar aparece Argentina con el 7,1% del total de la IED en 2017.
La victoria electoral de Bolsonaro y las medidas económicas que su ministro Guedes anunció al otro día de asumir el cargo, parecen mostrar a un Brasil decidido a no apostar al gradualismo y aprovechar el capital político inicial para lanzar los cambios estructurales claves para el crecimiento de largo plazo.
La reducción del gasto público, la simplificación tributaria, la reforma previsional, la reforma laboral, un amplio plan de privatizaciones, etc. van a ser claves para darle competitividad a la economía brasileña. Pero una de las claves del plan económico que intenta implementar Bolsonaro es mucho más desafiante que los anteriores ya que busca imitar el modelo chileno y abrir la economía para incorporar la economía brasileña al mundo. Bolsonaro quiere que Brasil tenga mayor peso en el comercio internacional y para ello tiene que abrir la economía firmando tratados de libre comercio. Esta estrategia de Bolsonaro va a cambiar la situación del MERCOSUR en general y de Argentina en particular.
Es importante recordar que inicialmente el MERCOSUR había sido pensado como un Tratado de Libre Comercio al estilo NAFTA y terminó siendo un mercado común al estilo UE.
