BRASIL

El nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha iniciado su mandato con una serie de luchas internas, giros repentinos en sus propuestas y confusión que han generado preocupación entre los inversores sobre la capacidad del ejecutivo para llevar a cabo las acuciantes reformas fiscales.
Las divisiones no se han hecho esperar entre los equipos políticos y económicos sobre los planes del Gobierno para controlar el elevado déficit presupuestario, que incluyen la revisión de un caótico código fiscal y un costoso sistema de pensiones.
Los comentarios de Bolsonaro en entrevistas y en Twitter tampoco han estado en sintonía con los de sus asesores principales, lo que supone un aviso para los inversores que esperaban que el Gobierno se centrara en una reforma de pensiones rápida para apuntalar sus finanzas antes de abordar una serie de polémicos problemas sociales en el interior y las propuestas de política exterior.
El viernes, por ejemplo, Bolsonaro dijo a la prensa que iba a incrementar el impuesto a las operaciones financieras y a reducir la tasa impositiva más alta sobre las rentas. Eso provocó un rápido desmentido de un subsecretario del ministro de Economía, Paulo Guedes, y el jefe de gabinete, Onyx Lorenzoni, dijo posteriormente que el presidente estaba equivocado.
Las contradicciones inquietaron a los inversores, que habían aplaudido la selección de economistas ortodoxos reunidos por Guedes, muchos de ellos exalumnos de la escuela de libre mercado de la Universidad de Chicago.
El cruce de opiniones hizo que muchos optaran por mantenerse a la espera, especialmente en los mercados de deuda, dijo Fabio Knijnik, director del fondo brasileño K2 Capital.
Si bien muchos inversores nacionales siguen siendo optimistas, los extranjeros con otras opciones han sido más cautelosos con respecto a Brasil.
«Es menos probable que pongan dinero en un país donde un secretario de finanzas dice que lo que acaba de decir el presidente no tiene sentido», dijo. «No vemos que los miembros de este Gobierno caminen al mismo paso».
El mercado bursátil de Brasil ha sido uno de los de mejor desempeño en el mundo en los últimos seis meses, y el Bovespa, principal índice bursátil brasileño, subió un 25 por ciento como reacción a la victoria de Bolsonaro en las elecciones en octubre y el nombramiento de un gabinete bien visto en los mercados.
El miércoles, Bolsonaro celebró el máximo histórico en el Bovespa. «El optimismo sobre el nuevo Gobierno brasileño se está sumando al escenario global», dijo en Twitter.
