Venezuela, parte de controversia geopolítica mundial

VENEZUELA

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Foto: Jamez42

* Análisis del experto Juan Verde especial para Lacity.com.ar

 

 

 

 

La crisis de Venezuela – 2

Cada vez resulta más difícil refutar la tesis de Aldous Huxley, en estos tiempos globalizados el entretenimiento es más importante que la verdad, que se encuentra ahogada en un mar de irrelevancia. La industria de la comunicación masiva no lidia con lo falso o lo verdadero y la prensa internacional, obligada a entretener y vender acarrea el defecto de transformar la crisis venezolana en un show que cautiva a la audiencia de todo el mundo. No obstante, debemos reconocerle la virtud o aptitud de mostrarle a su audiencia, la cruda realidad de la cotidianeidad del venezolano, cuyo nivel de vida y dignidad se han ido pauperizando transformándose en una subsistencia primaria, enfocada casi sin excepción, a conseguir alimentos e insumos básicos.

Ahora bien, como ya lo dijera en el artículo anterior, esta crisis se extiende más allá de su faceta humanitaria o doméstica. Contiene importantes elementos geopolíticos que inciden en la misma, Rusia, China, Cuba, Turquía, Irán o Siria, sin mencionar narcotráfico, la presencia del ELN en el territorio de Venezuela, del supuesto envío de 400 paramilitares rusos o del apoyo a Maduro expresado por Hezbollah, lo que, unido a la parálisis del Órganos Regional por excelencia, como es la OEA, contribuyen a aumentar sensiblemente la incertidumbre.

Quizás fueron las recurrentes divisiones observadas a lo largo de estos años en el seno de la oposición venezolana, la que condujo a que hoy el protagonista principal de la crisis sea la comunidad internacional. Lo cierto es que el pasado sábado 26 de enero el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas abordo la crisis venezolana, observándose un choque directo entre los Estados Unidos de Norteamérica y la Federación Rusa, reminiscente a las sesiones de la guerra fría en épocas donde los países satélites se transformaron en el escenario principal de una puja de poder con enfrentamientos indirectos.

Nuestro Representante ante las Naciones Unidas expresó, durante dicha sesión del Consejo de Seguridad, que Argentina siempre apuesta al diálogo, pero, para que el mismo sea conducente, requiere de buena fe de las partes involucradas y que Maduro ha demostrado una falta de disposición al mismo, advirtiendo, además, que toda nueva iniciativa podría transformarse en maniobras dilatorias. Por su parte Rusia denunció la usurpación de poder por parte de la oposición en Venezuela y alertó que el apoyo a Guaidó puede llevar a un baño de sangre. Por mi parte hago eco de las palabras del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, en el sentido de esperar que el diálogo sea posible y evitar una escalada que nos llevaría un tipo de conflicto que podría ser un desastre para el país.

Los integrantes de la comunidad internacional ya tomaron bandos y como nos lo hacen notar, las diferencias entre las partes lucen importantes, al menos hasta ahora.

En momentos de crisis como la que vive Venezuela los dirigentes políticos, especialmente los latinoamericanos, deberían abstenerse de atizar conflictos desde el oportunismo electoralista y recordar o asumir su cuota de responsabilidad si ello deviene en un final trágico. Además, debemos recordar que muchas veces las potencias mundiales, para evitar conflictos directos entre ellas, se enfrentan a través de terceros países y a costas de ellos.

Hace pocos meses el ex presidente de Ucrania Viktor Yushchenko afirmó, ante un grupo reducido de personas entre las que me encontraba, que desde que se desató el conflicto hasta fines del año 2017, el ejército de su país perdió más de 10.000 personas.

La presión que viene ejerciendo la comunidad internacional, a las que se unen las medidas adicionales que acaba de adoptar el Gobierno de Donald Trump al congelar las cuentas en el extranjero del Gobierno de Venezuela y de personas relacionadas al régimen de Maduro, incluyendo al Banco Central de Venezuela y a la petrolera estatal PDVSA, afectaran sin lugar a dudas al gobierno de Maduro. En ese sentido resultan más alarmantes las palabras pronunciadas por el Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, en el sentido de que los Estados Unidos está preocupado por el “declive trágico de Venezuela”.

Estas medidas guardan sintonía con la designación por parte del Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, de nombrar a Elliott Abrams como el encargado de liderar los esfuerzos de EE. UU. en Venezuela. Al asumir Abrams señaló, “esta crisis en Venezuela es profunda, difícil y peligrosa y no puedo esperar para ponerme a trabajar en ello”.

Los intereses en juego y los actores que se encuentran inmersas en la crisis venezolana son muchos y nos permite inferir que estamos frente a un período de aceleración del conflicto con un final aún incierto, dependiendo, en gran medida, de la famosa eventual fractura o integridad del ejército venezolano.

Aun asumiendo que esta historia pudiera tener un final que satisfaga a la mayoría del pueblo de Venezuela, es factible y hasta probable que el horizonte sea de zozobra y complicaciones. La economía venezolana es un oxímoron, sus instituciones son las herramientas del poder, la inseguridad es una amenaza constante con la que sus ciudadanos deben lidiar en su lucha diaria por alcanzar la subsistencia familiar.

Mi más profundo deseo es el de un restablecimiento rápido de la dignidad y prosperidad del pueblo venezolano y que la diplomacia, en especial la latinoamericana, encuentre por medio de la seriedad un camino que aleje el conflicto de la región.

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