Elecciones en España: la debacle del socialismo

OPINIÓN

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Valle de los caídos / Foto: Neticola

* Por Norberto Zingoni, escritor, abogado, corresponsal de LaCity.com.ar en Europa.

 

 

 

Quizá de haber leído a César Cancino (El fin del Poder) el presidente Sánchez hubiera estado alertado de algo tan cierto: en el siglo XXI el poder es más fácil de adquirir, más difícil de utilizar y más fácil de perder. Lo adquirió fácilmente con una moción de censura contra el inerme Rajoy. Pero para eso se alío a los independentistas, comunistas y exEtas, que lo único que querían es la independencia de Cataluña y del país vasco.

Ese poder espurio no lo pudo ejercer como quería, todo le salió mal y ahora lo pierde, y quizá por muchos años; está obligado a convocar elecciones generales, elecciones que predicen una debacle de la izquierda en general y del PSOE en particular. Ver ayer en la televisión española a Pedro Sánchez en el Congreso, solo, censurado por los diputados constitucionalistas (PP, Ciudadanos, Coalición Canaria, etc.) y censurado por sus propios socios independentistas era patético. Y a media pantalla, como espejo del fracaso, se podía ver el juicio por rebelión que el Supremo Tribunal le iniciaba a los otrora orgullosos dirigentes catalanes por rebelión (penas de hasta 25 años) por haber declarado unilateral e ilegalmente la independencia de Cataluña el año pasado. Juicio que Sánchez quiso impedir y tampoco lo logró.

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha rifado -con estos dos “ocurrentes” presidentes- todo el prestigio que había adquirido como un partido socialdemócrata moderno, europeo, nacional cimentado en su participación en los años de la Transición democrática de la dictadura de Franco a la democracia.

Primero Rodríguez Zapatero y ahora Pedro Sánchez han terminado con aquel PSOE de Felipe González, Guerra, Redondo, etc. Han querido revivir la guerra civil española que hasta sus propios antecesores socialistas habían colaborado a superar o al menos a dar por terminados los odios y las imputaciones.

Adolfo Suárez, el Rey Juan Carlos, junto con el Partido Comunista de Santiago Carrillo y el posfranquismo de la Alianza Popular de Fraga (antecedente del actual PP) lograron algo que ha sido estudiado en las universidades del mundo: dar un corte a la cruenta guerra civil y encarar un proceso constitucional que le dio a España 40 años de desarrollo. ¡Y el PSOE fue parte importante de ese proceso! Aquel PSOE. A éste no se le ocurre mejor idea que asociarse a los descendientes de la ETA (que mató durante años), a los comunistas de Podemos y a los secesionistas catalanes. Una alianza contra natura para un partido constitucional como el PSOE. Y todo terminó como tenía que terminar. Mal.

La parodia de exhumar el cadáver de Franco es la guinda del desatino socialista en ese delirio de modelar la memoria histórica (¿les suena a los argentinos algo parecido que quiso hacer el kirchnerismo con los Montoneros?) Prometieron sacarlo hace casi un año.

Los curas del Valle de los Caídos (la momia está en una Iglesia), más los familiares impidieron hasta ahora la exhumación. Ahora no saben cuándo lo sacarán ni que harán con el muerto. Lo querían llevar a la iglesia de la Almudena (similar la Catedral de Buenos Aires), en pleno centro de Madrid, pero luego se dieron cuenta que iba a ser visitada mucho, muchísimo más que en el Valle de los Caídos al cual ya no iba casi nadie. La maldición de francokámon se ha abatido sobre Sánchez. Ojo con los muertos.

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