INTERNACIONAL

No se habían apagado aún las cenizas del incendio en la catedral de Notre Dame y una lluvia de promesas de financiación, tanto de instituciones como de las mayores fortunas del país, ya trataba este martes de paliar la conmoción que sufren los franceses por uno de sus monumentos más queridos.
La familia del empresario multimillonario francés Bernard Arnault y su empresa de artículos de lujo LVMH donarán 200 millones de euros para contribuir a la restauración de la catedral parisina de Notre-Dame, dijo un comunicado emitido en nombre de Arnault.
«A la familia Arnault y al grupo LVMH les gustaría mostrar su solidaridad en este momento de tragedia nacional, y se están uniendo para ayudar a reconstruir esta catedral extraordinaria, que es un símbolo de Francia, de su herencia y de la unidad francesa», se indica en el comunicado.
La promesa de Arnault se suma a una donación para Notre-Dame de 100 millones de euros de François Henri Pinault, quien dirige la empresa de artículos de lujo Kering.
François-Henri es el presidente y CEO de Kering, un grupo de lujo internacional que posee marcas como Gucci, Alexander McQueen, Balenciaga e Yves Saint Laurent. Está casado con la actriz Salma Hayek, que también compartió sus condolencias. «Como muchos otros, estoy profundamente conmocionada y triste de ver cómo la belleza de Notre-Dame se convierte en humo», escribió en un título en Instagram. «Te amo Paris.» François-Henri y Salma se casaron a menos de un kilómetro de distancia de la catedral y, según se informa, aún son dueños de una casa cercana.
Quizá para poner en contexto esta euforia dadivosa, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de París, Christophe Girard, se aprestó a matizar que de esos 300 millones de euros habrá que descontar las pingües desgravaciones fiscales que esas donaciones acarrearían.
Y ese dinero, argumentó Girard en la emisora «France Info», serán los contribuyentes quienes lo aporten.
El debate sobre las exenciones para quienes quieran aportar en la reconstrucción ya se ha abierto. El ministro de Cultura, Franck Riester, baraja declarar Notre Dame como «Tesoro nacional» lo que garantizaría reducciones de impuestos de más del 60% para empresas y particulares.
Pero ni siquiera eso es seguro, ya que esa calificación se reserva normalmente para las obras que corren riesgo de salir del territorio francés.
Con el fin de ordenar la previsible avalancha de contribuciones, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, propuso convocar una «conferencia internacional de donantes», que se celebraría en el Ayuntamiento y en la que también se someterían a examen ideas para la reconstrucción.
También se comprometió a que la institución que dirige contribuya con unos 50 millones de euros para los trabajos. Por su lado, la presidenta de la región parisina, Valérie Pécresse, anunció asimismo una donación de diez millones de euros.
A todo ello habrá que sumarle las cantidades que los ciudadanos deseen aportar de su propio bolsillo. Tras el llamamiento de Macron a una colecta nacional, la Fundación del Patrimonio aseguró el martes por la mañana haber recaudado 1,1 millones de euros.

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