INTERNACIONAL

Ante el escenario de un Brexit sin acuerdo, 21.000 toneladas de calamar fueron exportadas desde Malvinas de forma urgente a España, para evitar unos posibles derechos de aduana de hasta 4 millones de euros.
Una presión que se ha aliviado un poco al postergarse la fecha de salida de Gran Bretaña de la Unión Europea al 31 de octubre.
«Creamos empleo, creamos riqueza», pero «la incertidumbre es total», y en caso de Brexit desordenado, «no sabemos qué pasaría con la flota española», explica Javier Touza, presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi). «Lo que pedimos es que podamos seguir pescando», enfatiza.
Actualmente operan en aguas de las Malvinas 43 buques asociados a la Arvi, dos de ellos pertenecientes a la empresa de Javier Touza. De ese total, 24 tienen pabellón español y 19 pabellón de Malvinas, aunque con una mayoría de tripulantes españoles.
«Tenemos ahí los barcos más grandes de la flota» operando «con capital mixto o con capital español», y el «100% de su producción la traen al puerto de Vigo», añade Touza.
El gobierno regional de Galicia cifró en 1700 el número de marineros gallegos que podrían verse afectados por un Brexit duro, entre las aguas malvinenses y europeas.
Mientras tanto, los marineros siguen trabajando. A tenor de las cifras disponibles en lo que va de año, la campaña de 2019 hace presagiar un nuevo récord, después del alcanzado en 2008, con 78.913 de calamar capturado.
Unos recursos considerables para un territorio, el de Malvinas, con apenas 3000 habitantes y orientado tradicionalmente a la cría de ovejas, lo cual explica que hayan echado mano de pescadores españoles para vender sus moluscos.
Los calamares de Malvinas, que llegan congelados a Vigo, son transformados en España o bien distribuidos directamente por toda Europa.
«Alrededor de un tercio del calamar que se consume en el continente viene de nosotros», destaca Barkman, que pide mantener la situación comercial actual. «Europa quiere comprar, comer y aprovechar este calamar de máxima calidad».
Las islas Malvinas de soberanía argentina están ocupadas por Gran Bretaña desde 1833 con reclamos de Naciones Unidas por resolver un conflicto que Londres nunca quiso aceptar.
El gobierno militar que ocupo el poder entre 1976 y 1983 invadió las islas provocando una guerra localizada que finalizo con la derrota de las tropas argentinas en el invierno austral de 1982.
