El regreso de una pesadilla

OPINIÓN

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Foto: Tiocfaidh ár lá 1916

Por *Noel Griffin, colaboración especial para lacity.com.ar desde Dublín, Irlanda.

 

 

 

 

La muerte trágica y sin sentido de la joven y talentosa periodista Lyra McKee en Derry, Irlanda del Norte, extiende una sombra de alerta, anunciando que los fantasmas del pasado pueden volver a despertar en una región históricamente problemática del norte de nuestra isla. Antes del Tratado de Paz, acordado en 1998 entre Gran Bretaña, la República de Irlanda y los partidos políticos de Irlanda del Norte, sucedieron una serie conflictos crecientes en su violencia y magnitud que duraron por los menos tres décadas.

La paz acordada, que se conoció como el Tratado del Viernes Santo o «Good Friday Agreement», significó que dos tradiciones diametralmente opuestas, la colonialista Británica y la Irlandesa nacionalista, compartirían el poder en el Parlamento Regional de Belfast. El tratado también especificaba que cuando hubiera o hubiese una mayoría en la región a favor de la unión con la República de Irlanda dicha unión se llevaría a cabo. Recordemos que la frontera entre La República de Irlanda e Irlanda del Norte fue impuesto en 1922 después de la guerra de la Independencia. En términos históricos y culturales Irlanda del Norte no existe, los 6 condados que la forman son solo una parte del Ulster, una de las cuatro regiones de la que se compone Irlanda (Las otras tres son Connaught, Munster y Leinster).

Desde 1998 hasta hoy, han estado ambas partes compartiendo el poder de la región y trabajando de manera continuada y firme en este Proceso de Paz, tanto los nacionalistas irlandeses bajo el partido «Sinn Fein» como la DUP (partido pro unionista con Gran Bretaña).

Pero entonces, los británicos deciden dejar la Unión Europea.

En la región que comprende Irlanda del Norte a pesar de que el DUP se alineaba entre los partidos que apoyaban la salida de la Unión Europea, la gente en su mayoría votó por permanecer en Europa; y esto dio lugar a nuevas preocupaciones en torno al borde entre Norte y Sur, referidas tanto a relaciones comerciales como tránsito de personas en caso del establecimiento de «una nueva frontera dura».

Desde Dublín entonces, el gobierno de la República de Irlanda se apresuró a proteger lo ya provisto en el «Good Friday Agreement» para el caso de un nuevo acuerdo con Gran Bretaña y la Unión Europea. La Unión Europea por su parte insistió que en el caso de Irlanda del Norte se garantice el respeto el acuerdo de 1998, y esto es conocido hoy como el famoso «backstop», cuyo objetivo es mantener el actual intercambio pacífico y fluido entre las hoy dos partes de Irlanda. Esto trajo aparejado un estancamiento en las negociaciones comerciales ya que Gran Bretaña no consigue definir su posición al respecto. Recientemente han sido justamente los votos del DUP (Partido Unionista de Irlanda del Norte) en Londres lo que ha impedido el intento de acuerdo de Teresa May con la Unión Europea en Westminster.

Las relaciones entre «Sinn Fein» (partido de unión con la República de Irlanda) y DUP (partido pro británico) han ido deteriorándose gradualmente y la historia va mostrando que dondequiera que haya un vacío político la violencia tiende a ser la expresión palpable de esa falta. Un nuevo movimiento juvenil radical crece hoy en la región dividida del Ulster y se llaman así mismos la «Nueva IRA»; y ellos también son una amenaza al mantenimiento del «Good Friday Agreement». Esto es visto con mucha alarma desde Dublín, Londres y Bruselas; también, por supuesto, desde Belfast. Lyra McKee, la periodista que recibió un disparo en Derry esta semana, no era el objetivo de esta «Nueva IRA»; tal vez lo era la policía por su intento de interrumpir la manifestación de la protesta. De todas maneras, lo cierto, es que hoy está por verse cuál será la respuesta a estos hechos.

 

*Noel Griffin
Escritor Irlandés, traductor ingles-castellano. Ha traducido a numerosos escritores españoles y latinoamericanos al inglés, entre ellos Francisco Alarcón (México). Ha participado en conferencias en el Instituto Cervantes de Dublín como disertante e hispanista. Estuvo también entre los miembros de la comitiva de escritores que se reunió con Jorge Luis Borges en su última visita a Dublín a principios de la década de 1980.

Traducción al castellano de la presente nota por Rafaela Calabrese Ábalos.

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