INTERNACIONAL

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Noruega, considerado desde siglos como el primo pobre de sus vecinos Dinamarca y Suecia, que se lo pasaron de mano en mano a lo largo de la historia, este país de poco más de 5,4 millones de habitantes pasó de ser tierra de pescadores y pastores a una potencia económica, con una de las sociedades más igualitarias del mundo, los más bajos niveles de corrupción y, según el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas , la mejor calidad de vida.
Con un producto bruto interno (PBI) per cápita de US$65.505 (US$10.000 por encima del de los Estados Unidos ) y el sistema de pensiones más igualador de Europa, los noruegos tienen una vida sin sobresaltos, aunque todavía conservan sus costumbres austeras, incorporadas durante décadas a fuerza de privaciones.
En conclusión, se gana muy bien en este país. Pero claro, eso también tiene su contracara: todo en Noruega es carísimo. Un solo dato ilustra esto: la compra en el supermercado es la más cara del mundo. Un litro de leche, por ejemplo, puede costar 19 coronas (2,22 dólares), una botella de 30 cl de agua, unas 16 coronas (1,87 dólares), un pan de margarina (500 gramos), 26,90 coronas (3,16 dólares) y un frasco de mermelada de 400 gramos, 20 coronas (2,34 dólares).
Los trabajadores de limpieza tienen un salario mínimo de 187 coronas por hora (un poco menos de 22 dólares). Para el trabajo entre las 21 y las 6, se acordará un suplemento de pago en cada caso individual, que no puede ser menor a 26 coronas por hora. Otro ejemplo: los empleados que realicen transporte de mercancías por ruta (con vehículos con un peso total superior a 3,5 toneladas) tienen un salario mínimo por hora de 175,95 coronas noruegas (20,6 dólares).
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