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El Gobierno de Rusia a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores denunció que decenas de personas simuladas como «refugiados» venezolanos son entrenados en una base británica en Guyana para cometer atentados y hechos de violencia en Venezuela.

«A ese lugar han sido trasladados ya decenas de supuestos refugiados venezolanos, pero lo cierto es que se trata de gente que llegó a ese lugar para recibir entrenamiento e integrar grupos de sabotaje y espionaje», dijo la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova.

Precisó que «los británicos están culminando la construcción de esa base militar en una de las islas en la desembocadura del río Esequibo» con el pretexto de combatir «el contrabando de armas y drogas».

Pese a esas argumentaciones oficiales británicas, la diplomática rusa alertó que el objetivo final es desplegar esos grupos en territorio venezolano para desestabilizar la situación y perpetrar actos terroristas.

Venezuela y Guyana mantienen una disputa por la región del Esequibo desde 1899, a través de lo que se denomina como el «Laudo arbitral de París», donde el Reino Unido entregó a Guyana 160.000 kilómetros cuadrados de territorio en disputa como una fórmula de salir de la contienda bilateral.

Esta denuncia se conoció luego que el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, reafirmara que «Moscú apoya a Caracas frente a los intentos de Estados Unidos de realizar un golpe de Estado en Venezuela».

Antes se había reunido con su par de defensa venezolano, de visita en Moscú para reafirmar las relaciones militares de ambos países en un contexto de severa crisis humanitaria debido a las políticas de Nicolás Maduro.

Rusia es uno de los escasos países que todavía mantiene una relación política, diplomática y comercial con el régimen autoritario de Maduro, condenado por la mayoría de estados con gobiernos democráticos.

Además de prestamos financieros el presidente Putin entregó a Maduro armamento estratégico que llegaron en aviones militares rusos a Caracas provocando una inmediata reacción de los países vecinos y de Estados Unidos, alarmados por una probable escalada bélica en la región.

La denuncia de Moscú que involucra a Gran Bretaña se inscribe sin duda en un juego audaz de Putin que mantiene una agria disputa con Londres a raíz de los atentados contra dos exespías rusos, envenenados en la capital británica por autores desconocidos.

Sin embargo la prensa y los analistas internacionales apuntaron a la responsabilidad del gobierno de Putin por los atentados contra dos hombres que desertaron del sistema de inteligencia de Moscú.

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