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El Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán rechazó el lunes las afirmaciones de Estados Unidos de que Irán está detrás de los recientes ataques con aviones no tripulados contra las instalaciones petroleras de Aramco en Arabia Saudí.
«Tales afirmaciones no tienen fundamento y están condenadas», dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Mousavi, en aparente respuesta a las acusaciones de Estados Unidos.
«Durante cinco años, Yemen ha estado involucrado en una guerra sangrienta. La coalición liderada por Arabia Saudí, respaldada por países occidentales, ha cometido crímenes contra los yemeníes», dijo Mousavi.
«Es natural que los yemeníes y su Ejército reaccionen a estos crímenes», dijo el portavoz, añadiendo que la república islámica ha anunciado su apoyo a los derechos de los yemeníes, pero que las acusaciones de los estadounidenses son «grandes mentiras».
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, culpó el sábado a Irán de lanzar ese mismo día los ataques contra dos plantas petroleras de Aramco en el este de Arabia Saudí, que causaron daños importantes y redujeron a la mitad la producción de petróleo del país.
Los tuits de Pompeo llegaron horas después de que los rebeldes hutíes de Yemen reivindicaran los ataques.
Por su parte el gobierno brasileño considera que el ataque a unas instalaciones petroleras en Arabia Saudita aumentará el interés de las compañías extranjeras para participar en las subastas de petróleo en Brasil previstas para octubre y noviembre.
En un comunicado, el director general de la Agencia Nacional del Petróleo (ANP), Décio Oddone, aseguró que los ataques «aumentan la percepción de riesgo en el mercado de petróleo, lo que debe reflejarse en los precios, aún con la retomada plena del suministro saudita, lo que valoriza el presal y los demás activos brasileños».
La ANP realizará tres subastas en octubre y noviembre que incluyen una mega licitación en la zona del presal, en aguas profundas del océano Atlántico en las que Brasil dispone de unas gigantescas reservas de hidrocarburos que deben convertirlo en uno de los mayores productores mundiales una vez empiecen a ser exploradas.
Oddone comparó el ataque a las instalaciones petroleras sauditas a los ataques en las Torres Gemelas de Nueva York del 11 de septiembre de 2001.
«Desde el punto de vista del riesgo, el evento del sábado puede ser considerado una especie de 11 de septiembre del mercado del petróleo. Tras él, la sensación de riesgo aumentará», explicó.
Para el director de la ANP, la crisis generada por los ataques pasará «como siempre pasa» y dijo que los analistas prevén un impacto de entre 2 y 3 dólares en el precio del barril en el caso de que la situación se normalice rápidamente.
Si la crisis dura más, el impacto puede llegar a los 10 dólares por barril. «Esto es bueno para el presal (brasileño) y para nuestros activos (de gas y petróleo)», reiteró Oddone.
Los ataques, hechos con drones, se produjeron este último sábado en dos instalaciones petroleras propiedad de la empresa estatal Aramco de Arabia Saudita.
De acuerdo al gobierno saudí, los ataques en Abqaiq, la mayor planta de refinamiento de crudo del mundo, y en el campo petrolero de Khurais obligarían a reducir su producción en casi un 50 por ciento.
Los ataques provocaron importantes incendios tanto en la refinería de Abqaiq como en el campo petrolero de Khurais.
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