Gana Erdogan balotaje en Turquía

INTERNACIONAL

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Foto: tasnimnews.com

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«Gobernaremos por los próximos cinco años», dijo el mandatario islamista, que obtuvo el 55,41 por ciento de los votos en la segunda vuelta. Su rival, Kemal Kiliçdaroglu, se declaró «triste» por el futuro del país.

El actual jefe de Estado de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, ganó el balotaje de las presidenciales turcas. «Gobernaremos el país por los próximos cinco años», dijo el mandatario ante un grupo de seguidores tras proclamar su triunfo. «Si Dios quiere, responderemos a su confianza», declaró desde lo alto de un autobús en su distrito natal en Estambul, donde agregó que el «gran ganador de esta jornada es Turquía».

La autoridad electoral informó que, con el 99 por ciento de los votos escrutados, el mandatario obtuvo el 55,41 por ciento de los respaldos, frente al 46,59 de su rival, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu. En su discurso, Erdogan agradeció a la ciudadanía por acudir a las urnas y sostuvo que Kiliçdaroglu enfrentará las críticas de su partido por su mal desempeño electoral. «Bye, bye, Kemal», agregó.

«Cumpliremos todas nuestras promesas», afirmó el jefe de Estado, que lleva 20 años en el poder, asegurando que «cada elección es un renacimiento». «Estas elecciones han demostrado que nadie puede atacar los logros de esta nación», continuó.

El pasado 14 de mayo ninguno de los candidatos consiguió la mayoría necesaria para acceder a la jefatura del Estado en la primera ronda de las presidenciales, que se celebró junto a las legislativas, lo que forzó un inédito balotaje. Desde el extranjero, el primer ministro húngaro Viktor Orban felicitó a Erdogan por su «incuestionable» triunfo, al igual que el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani. El ruso Vladímir Putin, por su parte, dijo que el respaldo a Erdogan era también una muestra de apoyo a su «política exterior independiente».

Erdogan llegó como favorito a la segunda vuelta, pese al deseo de cambio de una parte del electorado, la inflación galopante y las denuncias de las restricciones de las libertades en un país en el que hay decenas de miles de opositores presos o en exilio. El mandatario, de 69 años, llegó con semblante cansado a votar a mediodía en un barrio de Usküdar, donde lo esperaba una multitud entusiasta. El candidato opositor, que preside el Partido Republicano del Pueblo (CHP, laico) y aglutina a una coalición de seis partidos, votó por su parte en Ankara, la capital del país.

Kiliçdaroglu, de 74 años, dijo tras conocerse los resultados que estaba «realmente triste» por el futuro de su país. Los comicios en Turquía, de 85 millones de habitantes y miembro de la OTAN, son observados de cerca tanto por las potencias occidentales como por los países de Oriente Medio debido a su papel geopolítico clave.

La Comisión de la UE en Bruselas critica el gobierno cada vez más autoritario de Tayyip Recep Erdogan. «No se ha abordado el grave deterioro de la democracia, el Estado de derecho, los derechos humanos y la independencia del poder judicial», según el Servicio Exterior de la UE en su último informe 2022 sobre Turquía. «Las preocupaciones sobre la política económica y el funcionamiento de la economía de mercado han seguido creciendo», agrega.

No obstante, según el informe, Turquía sigue siendo un socio estratégicamente importante en cuestiones de migración, protección del clima y seguridad energética.

Miembro de la OTAN bien equipado militarmente, Turquía desempeña un importante papel como mediador en el acuerdo sobre el comercio de cereales entre Rusia y Ucrania. Por otra parte, la UE ha pedido reiteradamente a las autoridades turcas respetar las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y que, por ejemplo, liberen al activista de derechos humanos Osman Kavala. Kavala fue condenado a cadena perpetua en 2022 por su presunta participación en las protestas antigubernamentales de 2013 en el parque Gezi de Estambul.

Tras el supuesto intento de golpe de Estado contra Erdogan en julio de 2016, al que Turquía respondió con leyes de excepción y restricciones de los derechos democráticos, las relaciones se han deteriorado mucho, admite el ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía.

«La actitud fría y crítica de la UE tras el ruin golpe del 15 de julio (de 2016) ha provocado una crisis de confianza. La incapacidad de la UE para comprender la influencia de la organización terrorista «FETÖ» y criticar las acciones de Turquía en este sentido ha debilitado el diálogo». Con FETÖ, el presidente turco se refiere a una supuesta conspiración dirigida por el predicador Fetullah Gülen, afincado en Estados Unidos.

No obstante, la UE sigue siendo un socio estratégico importante para Turquía. Destaca, en particular, la importancia del acuerdo sobre refugiados de 2015, según el cual Turquía se compromete a acoger y retener a los refugiados sirios, de los que unos 3,5 millones viven en Turquía. Por ello, el Gobierno de Ankara ha recibido buena parte de los casi nueve mil millones de euros en ayuda financiera prometidos por Bruselas.

Sin embargo, el acuerdo es frágil. En 2020, el presidente Erdogan abrió brevemente la frontera del país con Grecia, cerca de Edirne, y utilizó a los refugiados para presionar a la UE. A pesar de todo: el gobierno turco sigue persiguiendo el objetivo de ingresar en la UE en algún momento. Antes, sin embargo, la UE debe resolver sus problemas internos, según Ankara.

Bruselas suspendió de hecho las negociaciones de adhesión con Turquía en 2018. Sin embargo, no se han roto. Las negociaciones, en marcha desde 2005, podrían reactivarse tras las elecciones presidenciales. Un requisito previo, sin embargo, sería que Turquía reconociera al menos indirectamente a la República de Chipre como miembro de la UE. Las tropas turcas ocupan el norte de Chipre desde hace casi 50 años.

«Los esfuerzos de adhesión no están muertos, pero sí en coma», afirma la experta en Turquía Amanda Paul, del taller de pensamiento European Policy Centre de Bruselas. Si Recep Tayyip Erdogan sigue en el poder, hay pocas perspectivas de poner fin al coma. Pero eso no depende sólo de Ankara, sino también de la UE, dijo Amanda Paul en una entrevista con DW. Por el momento, agregó, hay poco interés de parte de Estados miembros y de Bruselas en tratar con una Turquía nacionalista.

La ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, fue claramente crítica con Turquía cuando se reunió con su homólogo Mevlüt Cavusoglu en Estambul en julio de 2022. Pero también hizo saber que no era necesaria una mayor confrontación, ya que Occidente, congregado en la OTAN, tenía que permanecer unido para defenderse de Rusia.

«Parte de la amistad consiste en escucharse hasta que duelan los oídos», había dicho entonces Annalena Baerbock en su conferencia de prensa en Estambul, al fin y al cabo estaba hablando de amistad. La UE y la OTAN esperan que Turquía dé finalmente su consentimiento a la admisión de Suecia en la alianza militar tras las elecciones.

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