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El agua del Gran Canal de Venecia, cerca del Puente de Rialto, se tiñó este domingo de verde fluorescente, un líquido trazador que se utiliza para determinar el camino que sigue una filtración en el agua, mientras aún se desconocen el origen y los motivos de lo sucedido en medio de especulaciones de que se trata de una acción de activistas ecologistas.
La mancha color verde brillante apareció en el canal que conecta Campo San Luca con el Gran Canal y poco a poco se fue extendiendo por el resto de los canales venecianos después del inicio de la Vogalonga, una regata que se celebra desde 1974 y que nació como manifestación para proteger la ciudad italiana. Los gondoleros remaron por las aguas teñidas mientras los turistas tomaban fotos.
El delegado de Gobierno de Venecia, Michele de Bari, organizó una reunión de coordinación de emergencia con el fin de determinar las causas y las consiguientes «medidas a adoptar» y «a la espera de la evolución de los acontecimientos se ha ordenado intensificar la vigilancia en la zona de la laguna para controlar cualquier situación crítica y prevenir nuevos episodios similares».
El cambio en el color del agua fue reportado por los residentes, informó en Twitter el presidente de la región del Véneto, Luca Zaia. La Policía, en tanto, comunicó que «tras las primeras investigaciones, llevadas a cabo por los bomberos, junto con la policía y la agencia regional para la prevención y protección del medio ambiente, la sustancia parece ser un trazador, es decir, un líquido que se inyecta en aquellas circunstancias en las que se produce una fuga de agua con el fin de conocer el camino seguido» y que también se utiliza en espeleología.
Mientras continúan las investigaciones se ha asegurado que el líquido no es tóxico y no hay ningún peligro para la salud de los habitantes. Esta no es la primera vez que las aguas del Gran Canal se tiñen de verde. En 1968, el artista argentino Nicolás García Uriburu entintó las aguas de esta vía durante la 34ª Bienal de Venecia para crear conciencia sobre la ecología.
La policía investiga si el fenómeno registrado este domingo es una protesta de activistas medioambientales, informó el diario local La Nuova Venezia, aunque el grupo «Última Generación» negó su implicación.
El centro histórico de Venecia (norte de Italia) ha perdido 14.000 habitantes en los últimos veinte años y ya cuenta con algo menos de 50.000 residentes, una cifra que evidencia la despoblación que sufre la ciudad de los canales, explotada desde hace años por el turismo de masas.
En concreto, el centro de Venecia con 49.997 residentes, según informan los medios italianos, mientras que en 2002 había 64.000 residentes y en 2012, 58.200.
Las asociaciones de vecinos de Venecia como «Tutta la città insieme» han lamentado que la ciudad se esté «vaciando de su propia vida» y han pedido al ayuntamiento que tome medidas para proteger este tesoro del norte del país.
La concejala Laura Besio ha argumentado que estas cifras, elaboradas por la oficina de estadísticas del consistorio, solo tienen en cuenta «a una parte de las personas que viven habitualmente en la ciudad y que gozan de todos los derechos y deberes», pero no a los que lo hacen «de forma no ocasional», como estudiantes o trabajadores temporales.
Italia debate desde hace décadas qué hacer para proteger Venecia, colapsada por hordas de turistas, y recientemente su Ayuntamiento aprobó exigir una entrada obligatoria al centro de la ciudad a partir del 2023.
Ya el pasado año, el Gobierno central prohibió el paso de cruceros y barcos de grandes dimensiones frente a los canales, con el objetivo de proteger la urbe.
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