Silencio en China por base de espionaje en Cuba

INTERNACIONAL

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Foto: lafayette1

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El Ministerio de Relaciones Exteriores de China evitó responder directamente a una pregunta sobre los informes de supuestos planes para abrir una base de espionaje en Cuba, afirmando que «no está al tanto» de la situación, y acusó a Estados Unidos de crear rumores, difamar e interferir en los asuntos internos de otros países.

«Estados Unidos debería reflexionar sobre sí mismo y dejar de interferir en los asuntos internos de Cuba bajo la bandera de la libertad, la democracia y los derechos humanos», declaró el viernes el portavoz Wang Wenbin.

El portavoz también instó al país norteamericano a levantar inmediatamente el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba.

El vicecanciller de Cuba, Carlos Fernández de Cossio, negó el jueves que China esté instalando una base de espionaje en el país latinoamericano, luego que información de inteligencia de Estados Unidos indicara que la isla había accedido a la construcción.

En una conferencia de prensa en La Habana, Fernández de Cossio calificó los informes sobre la base de espionaje como «totalmente falsos» y «calumnias».

Previamente, dos fuentes familiarizadas con la inteligencia le dijeron a CNN que Cuba había accedido a permitir que China construyera una instalación de espionaje en la isla que podría permitir a los chinos espiar las comunicaciones electrónicas en todo el sudeste de EE. UU.

Estados Unidos se enteró del plan en las últimas semanas, dijo una fuente, y no está claro si China ya comenzó a construir la instalación de vigilancia.

No sería la primera vez que China intenta espiar las comunicaciones electrónicas de Estados Unidos, lo que se conoce como inteligencia de señales.

Un presunto globo espía chino que transitó por Estados Unidos en febrero era capaz de recopilar señales de inteligencia y se cree que las transmitió a Beijing casi en tiempo real, según dijeron fuentes a CNN en aquel momento.n ese caso, Estados Unidos tomó medidas para proteger lugares sensibles y censurar las señales de inteligencia antes de derribar el globo. Pero no está claro qué puede hacer Estados Unidos para impedir la construcción de una instalación de espionaje china en Cuba.

Autoridades estadounidenses están preocupadas por los planes que tiene China de construir unas instalaciones en Cuba que podrían servir para espiar a Estados Unidos interceptando las señales electrónicas de las instalaciones militares y comerciales estadounidenses cercanas, según tres funcionarios estadounidenses familiarizados con el acuerdo.

Pekín ha construido puestos de escucha en otros lugares y tiene presencia militar en Cuba, pero una estación para escuchar a escondidas podría servir para que China se posicione a unos 160 kilómetros de la costa de Florida, desde donde podría llevar a cabo operaciones de vigilancia contra Estados Unidos.

Según las autoridades, para Estados Unidos, la cercanía de la instalación planeada acarrea una preocupación especial, porque podría ampliar la capacidad tecnológica de Pekín para vigilar operaciones sensibles en los estados del sureste, incluidas varias bases militares.

«Nos inquieta profundamente la información de que La Habana y Pekín estén trabajando juntos para atacar a Estados Unidos y a nuestro pueblo», señalaron el jueves en un comunicado conjunto los senadores Mark Warner, demócrata de Virginia, y Marco Rubio, republicano de Florida, quienes dirigen el Comité de Inteligencia del Senado. «Estados Unidos debe responder a los continuos y descarados ataques de China contra la seguridad de nuestra nación».

Los detalles de las negociaciones entre China y Cuba —descritos por funcionarios estadounidenses bajo la condición de permanecer en el anonimato para hablar de información confidencial— se producen en un momento en que el gobierno del presidente Joe Biden ha intentado estabilizar las relaciones con Pekín, su principal rival estratégico, después de un periodo de tensiones en ascenso. The Wall Street Journal detalló por primera vez los planes para construir una instalación en Cuba.

El Consejo de Seguridad Nacional de Biden rechazó la información sobre la instalación prevista. «Esta noticia no es precisa», afirmó en un comunicado John Kirby, vocero del consejo, quien no quiso entrar en más detalles. «Hemos tenido preocupaciones reales sobre la relación de China con Cuba y, desde el primer día de gobierno, nos han preocupado las actividades de China en nuestro hemisferio y en todo el mundo».

Kirby afirmó que el gobierno estaba monitoreando de cerca esas actividades y tomando medidas para contrarrestarlas. Kirby agregó: «Seguimos confiando en que somos capaces de cumplir con todos nuestros compromisos de seguridad en casa y en la región».

Varios compromisos diplomáticos, militares y climáticos entre ambos países se congelaron el año pasado tras la visita a Taiwán de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Las relaciones bilaterales sufrieron un nuevo revés a principios de este año, cuando un globo espía chino fue sorprendido atravesando Estados Unidos y sobrevolando cerca de instalaciones militares confidenciales.

El incidente provocó una reacción negativa del Congreso y que el secretario de Estado, Antony Blinken, cancelara un viaje a Pekín programado para febrero. Blinken planeaba realizar el viaje pronto, según funcionarios estadounidenses, después de semanas de una diplomacia intensa que habían incluido una reunión entre Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional, y un alto funcionario chino, Wang Yi. No está claro si las últimas revelaciones sobre la instalación planeada para construirse en Cuba podrían afectar de nuevo la visita.

Representantes de la CIA y la Oficina del Director de Inteligencia Nacional se rehusaron a hacer comentarios.

Carlos Fernández de Cossio, funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores en Cuba, comentó que la información sobre los planes para construir una base de espionaje china en el país era «totalmente falsa e infundada». Un representante de la embajada china declaró que Pekín «no tenía conocimiento del caso».

China y Estados Unidos suelen realizar operaciones de vigilancia mutua. Estados Unidos envía vuelos de vigilancia sobre el mar del Sur de China, despliega activos militares en naciones aliadas en todo el Pacífico y le vende y suministra armas a Taiwán, una isla democrática que el gobierno chino considera parte de su territorio.

En los últimos años, las autoridades estadounidenses han acusado a China de haber lanzado ambiciosos ataques de hackeo contra el gobierno y las corporaciones estadounidenses, de haber intentado reclutar agentes y activos dentro y fuera de Estados Unidos y de vigilar y amenazar a disidentes chinos en el extranjero.

El hecho de que China parezca buscar un acuerdo más cercano con Cuba no es sorprendente en sí mismo, según analistas. Los dos países han forjado lazos cada vez más estrechos desde el final de la Guerra Fría. China es el mayor socio comercial de Cuba y desempeña un papel importante en las industrias agrícola, farmacéutica, de telecomunicaciones y de infraestructura de la isla. Pekín también posee una parte significativa de la deuda externa de La Habana.

Desde hace tiempo, la cercanía de Cuba con Estados Unidos la ha convertido en un punto de apoyo estratégico deseable para los adversarios de Estados Unidos, como durante la crisis de los misiles cubanos —quizá el ejemplo más sonado—, cuando la Unión Soviética hizo planes para colocar misiles nucleares en la nación insular y luego se retractó. En la actualidad, Estados Unidos en esencia mantiene una relación hostil con Cuba, que, al igual que China, está bajo el control de un gobierno comunista.

Las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba se congelaron poco después de que el régimen comunista de Fidel Castro llegó al poder en 1959; las relaciones solo se restablecieron por completo durante el mandato del presidente Barack Obama. El presidente Donald Trump revirtió parte de esa medida al restablecer ciertas prohibiciones de viaje a Cuba y volver a designar al país como Estado patrocinador del terrorismo.

Las autoridades cubanas le han pedido al gobierno de Biden que levante esta designación, pero se ha mantenido. Sin embargo, Biden ha suavizado algunas de las otras restricciones que impuso Trump. Cuba también sigue tratando la base estadounidense de Guantánamo, instaurada a principios del siglo XX, como una ocupación ilegal.

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