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«Ningún país debe tener que escoger entre reducir la pobreza o proteger el planeta», aseguró el presidente francés al inaugurar una cumbre en París que aspira a refundar el sistema financiero instaurado en Bretton Woods.
Unos cuarenta mandatarios, entre ellos el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el colombiano Gustavo Petro o el cubano Miguel Díaz-Canel, además de líderes de diversas organizaciones internacionales, debatirán durante dos días cómo sostener a los países más vulnerables ante el doble desafío de la pobreza y del cambio climático en la cumbre inaugurada este jueves en París por el presidente francés Emmanuel Macron.
Macron pidió «soluciones muy concretas» para reformar ya la financiación del desarrollo de forma que los países afectados puedan afrontar también las consecuencias del cambio climático. «Ningún país debe tener que elegir entre la reducción pobreza y la protección del planeta», afirmó Macron en la intervención de apertura de la Cumbre para un nuevo pacto financiero mundial.
Durante dos días, esta cita reúne en París a dirigentes gubernamentales, instituciones internacionales y representantes de la sociedad civil para intentar sentar las bases de un nuevo sistema de financiación del desarrollo que permita a los países implicados salir de la pobreza y a la vez afrontar los retos del cambio climático.
Macron abogó por un «choque de financiación pública» y más financiación privada para enfrentar estos retos y advirtió que cada país debe ser «soberano» para encontrar su propia solución. La cumbre busca revisar la arquitectura financiera internacional que nació con los acuerdos de Bretton Woods en 1944, cuando la prioridad era reconstruir Europa, para adaptarla ahora a los retos del siglo XXI, como el cambio climático.
Francia quiere dar «impulso político» a la idea de una tasa mundial a las emisiones de carbono del comercio marítimo, a pocos días de una importante reunión de la Organización Marítima Internacional (OMI), y que, según los expertos, podría aportar 20.000 millones de dólares por año. Entre la «caja de herramientas» de soluciones posibles también figura la idea de reciclar 100.000 millones de dólares de derechos especiales de giro, la moneda de reserva del FMI.
Paralelamente, Rusia ha criticado el interés de Francia de participar en la próxima reunión del grupo de los BRICS en Sudáfrica en agosto. El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Ryabkov, citado por la agencia RIA, ha dicho que sería un «invitado inapropiado» por su política «tan hostil e inaceptable hacia nosotros» que insiste en el aislamiento internacional de Rusia. «Y no ocultamos este enfoque, se lo hemos dicho a nuestros colegas de Sudáfrica; esperamos que nuestro punto de vista sea completamente aceptado», dijo Ryabkov.
Sudáfrica está considerando las implicaciones legales de la posible asistencia del presidente ruso, Vladímir Putin, a la cumbre de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y la propia Sudáfrica). El país es miembro de la Corte Penal Internacional y, en teoría, tendría que arrestarlo, como pide la oposición, si ingresa en el país, ya que sobre él pesa una orden de detención por crímenes de lesa humanidad cometidos por las tropas rusas en Ucrania.
El reciente discurso sobre Europa del presidente francés tiene otra tonalidad y envía mensajes a Europa del Este, pero Macron sigue fiel a sí mismo.
Al comienzo de su discurso en Bratislava, Eslovaquia, el presidente francés, Emmanuel Macron, hizo gala de autocrítica recordando sus palabras de noviembre de 2019, cuando diagnosticó «muerte cerebral» a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Entretanto, el presidente ruso, Vladímir Putin, hizo volver a la vida a la OTAN con el peor de los electroshocks.
El discurso de Macron se centra, sobre todo, en la relación de Europa con la OTAN. El presidente galo deja en claro que no tiene pensado reemplazar a la OTAN por otra institución y agradece a Estados Unidos por su compromiso con Ucrania.
Jacob Ross, especialista en política exterior y de seguridad de Francia en el Consejo Alemán de Relaciones Exteriores (DGAP), explica a DW que el presidente francés ha señalado con notable frecuencia que es gracias a la OTAN ─y sobre todo a los estadounidenses─ que Ucrania está ayudando a garantizar la seguridad de Europa. Ross considera que uno de los mensajes centrales del discurso de Macron es que los franceses no cuestionan el papel de la OTAN y las garantías de seguridad estadounidenses.
Emmanuel Macron había causado revuelo en Europa y EE. UU. con sus declaraciones sobre Taiwán. Sus palabras fueron valoradas como un llamamiento a tomar una postura independiente con respecto al conflicto en torno a Taiwán, y como un rechazo de EE. UU. Tampoco en su discurso de Bratislava se retracta Macron por completo de su idea del papel propio de Europa.
«Una Europa que se defiende, un pilar europeo dentro de la OTAN es fundamental, es la única forma de ser creíble», dijo el presidente francés. Según Ross, Macron quiere, a corto plazo, que Ucrania gane la guerra, pero a mediano plazo, que la Unión Europea aprenda de la guerra y se vuelva más independiente.
Básicamente, todos los Estados son responsables por sí mismos y por la seguridad de sus Estados vecinos, advirtió Macron, y exigió que las decisiones estratégicas deben implementarse más rápidamente. Con eso se refería a que los europeos deberían ampliar sus capacidades y recursos en las áreas energética, tecnológica y militar. Una demanda que es el caballito de batalla del presidente francés: la soberanía europea. Europa se encuentra en el camino hacia la soberanía en el área de defensa, constata. Al mismo tiempo, aboga por la compra de munición en la UE para prepararse para un futuro conjunto.
Para Ross, resonó además otro aspecto en el discurso: la idea de que la próxima ampliación de la UE también sería una especie de reunificación del continente europeo después de estar separado por la Guerra Fría. Y, de hecho, de cara a la próxima cumbre de la Comunidad Política Europea, que empieza el jueves Macron afirmó que la ampliación de la UE debe ocurrir «lo antes posible». Dijo que en la cumbre se debatirán enfoques innovadores. Y que Europa debe tener cuidado de evitar ciertos errores, como generar esperanzas y luego jugar a ganar tiempo. El proceso de adhesión a la UE de los países de los Balcanes Occidentales se ha prolongado durante muchos años. También Moldavia y Ucrania son candidatos a la adhesión a la UE desde el verano de 2022.
Ross opina que detrás de esas declaraciones se esboza un cambio de rumbo de Francia, y subraya que la política francesa hacia el este de Europa es distinta desde el inicio de la guerra rusa en Ucrania. Ahora se entiende la política de ampliación como un instrumento geopolítico, y hay conciencia acerca de que las tácticas dilatorias, por ejemplo, podrían dejar a los países de los Balcanes Occidentales vulnerables a la influencia rusa y china.
Con su concepto de la soberanía europea, el presidente francés quiso dar otra tonalidad a su visión de Europa, diferente de, por ejemplo, de la del canciller alemán, Olaf Scholz, en su discurso sobre Europa del 9 de mayo. Scholz se pronunció en contra de una superpotencia europea y le gustaría relacionarse con otros países en igualdad de condiciones. El experto en Francia Jacob Ross cree que el discurso de Macron estaba dirigido principalmente a Europa del Este y debería contrarrestar la mala imagen de Francia allí. Esto también ocurre con vistas a la próxima reunión de la Comunidad Política Europea, en la que se reunirán en Moldavia más de 40 jefes de Estado y de Gobierno.
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