ARGENTINA

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Recientemente una ONG reposó su atención sobre la Argentina para estudiar «los esfuerzos de influencia mediática» por parte de China en el país. Se trata de Freedom House, una organización no gubernamental estadounidense cuya misión declarada es defender la democracia, la libertad política y los derechos humanos en el mundo.
Fundada en 1941 y con sede en Washington, D. C., actualmente se destaca por sus investigaciones, como el informe anual de «Libertad en el Mundo» ─que evalúa el estado de los derechos políticos y las libertades civiles a nivel global─ y la producción de informes sobre países y regiones específicas en temas como la libertad en internet o libertad religiosa.
En términos generales, es financiada tanto por donaciones privadas como subvenciones de gobiernos ─incluyendo el de Estados Unidos─, fundaciones privadas y corporaciones. Según esta ONG, la influencia mediática «china» en Argentina parece haber aumentado sostenidamente entre 2019 y 2021, algo que se habría manifestado en «acuerdos de cooperación con medios públicos argentinos» y «nuevos acuerdos con, al menos, un grupo de medios privados» y una mayor actividad en redes sociales.
Sin embargo, la ONG evaluó que, si bien los argentinos «tenían una imagen positiva de China» y apoyaban «el comercio mayor», no expresaban «confianza en la habilidad de Xi Jinping de hacer lo correcto en asuntos mundiales» y tenían «percepciones negativas sobre el historial de los derechos humanos».
En relación a la «coordinación con voces locales», Freedom House asegura que «la embajada china en Argentina mantiene vínculos estrechos con diversos grupos mediáticos, académicos, líderes políticos y personas influyentes en las redes sociales». Esto incluyó la publicación de «docenas de artículos firmados», el dar «entrevistas a medios de comunicación locales» y realizar «sesiones informativas para difundir las narrativas preferidas por Pekín sobre temas específicos» (prácticas de diplomacia pública).
Como resultado, la ONG dice que diversos funcionarios gubernamentales, incluso el embajador argentino en China y el Presidente Fernández «se han hecho eco» sobre estos argumentos. Con respecto a las «asociaciones con diversos medios», según Freedom House esta se produce a través de «acuerdos entre la agencia de noticias Xinhua, la edición en español del People’s Daily, China Daily, y la Secretaría de Comunicación de Argentina, medios de comunicación con financiación pública, o los principales medios privados».
A su vez, otras instancias de «cooperación mediática» parecen basarse «en simpatías ideológicas entre organizaciones de izquierda y el Partido Comunista Chino», como ser el contenido de Global de Televisión de China (China Global Television Network, CGTN) «difundido por la agencia de noticias venezolana TeleSUR».
Por otro lado, las «narrativas preferidas», dice el estudio de la ONG, enfatizaban los «vínculos estrechos» entre el Partido Comunista Chino y el gobernante Partido Justicialista en Argentina, mientras «fomentaba relaciones bilaterales más fuertes». Los diplomáticos a menudo elogiaban logros chinos «en el desarrollo ambiental, el crecimiento económico y la reducción de la pobreza».
También se solidarizaban «contra la interferencia extranjera en asuntos internos y respaldaban los reclamos (…) por las Islas Malvinas». Y la cobertura china sobre la cooperación contra epidémica y la respuesta ante el COVID, «a veces se superponía con el discurso antiestadounidense».
Cabe decir que los investigadores de Freedom House «encontraron poca evidencia de la actividad de las tropas cibernéticas chinas en Argentina, con cuentas sospechosas amplificando las publicaciones de los medios de comunicación estatales chinos», pero sí que «las líneas editoriales pro-Pekín dominan el contenido en chino» producido y consumido por la diáspora local de aproximadamente 200 mil personas. Y los medios argentinos, «informaron con frecuencia sobre escándalos locales que involucraban al crimen organizado chino, además de asuntos ambientales, conflictos laborales o casos de corrupción relacionados con las inversiones chinas en el país».
De hecho, el informe de la ONG dice que incluso «los medios de noticias que cooperan con los medios estatales chinos no parecen haber evitado participar de esa cobertura crítica, y los medios locales también cubrieron los esfuerzos de la sociedad civil para frenar la influencia del Partido Comunista Chino».
Sin embargo, existen «vulnerabilidades de los medios y lagunas jurídicas», como por ejemplo, «la propiedad concentrada de los medios así como también una carencia de regulaciones suficientes que aseguren la transparencia y la responsabilización», que dañan «el desarrollo de los medios independientes y sustentables».
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