Más problemas para Netanyahu en Israel

INTERNACIONAL

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Primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu / Foto: Store norske leksikon

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Una gran multitud de manifestantes salió a las calles de Israel, en el sábado de protestas más masivo en semanas, para oponerse al polémico plan del gobierno que socavaría la división de poderes, mientras se convocó a un «día de resistencia» para el próximo martes.

Decenas de miles de israelíes de israelíes antireforma se manifestaron por 27ª semana consecutiva en Tel Aviv y otras ciudades en vísperas de la introducción de una importante disposición de la reforma en la Knéset el lunes.

Este lunes la coalición busca votar en primera instancia en el Parlamento un proyecto de ley que forma parte del paquete de normas de la polémica reforma, que según sus críticos debilitaría la independencia de la Justicia y las bases democráticas de Israel.

Los manifestantes eran más numerosos que en las últimas semanas, según los organizadores, que contabilizaron 180.000 personas en Tel Aviv.

Unas 15.000 personas también se movilizaron en Haifa, igual que miles lo hicieron en urbes como Jerusalén o Bersheva.

Las fuerzas de seguridad usaron cañones de agua para dispersar a unos cien manifestantes que bloqueaban una carretera en Tel Aviv, según un periodista de la AFP.

«Si no paramos ahora lo que pasa, ya no será posible volver atrás», dijo Amit Lev, un trabajador del sector tecnológico, de 40 años.

El gobierno de Netanyahu, formado con el apoyo de partidos de extrema derecha y formaciones ultraortodoxas judías, trata de aprobar una reforma judicial que busca aumentar el poder del Parlamento sobre el de la Corte Suprema.

El Ejecutivo considera que la reforma es necesaria para asegurar un mejor equilibrio de los poderes.

Pero sus detractores, en cambio, consideran que la nueva normativa podría empujar el país hacia un modelo autoritario.

Miles de israelíes se manifestaron en Jerusalén contra la atribución de financiamientos para los judíos ultraortodoxos prevista en el presupuesto del Estado de Israel, y acusaron a la coalición en el poder de «saquear» al país.

El primer ministro Benjamin Netanyahu defendió un presupuesto «responsable» ante sus socios de la coalición gobernante compuesta por derecha, extrema derecha y partidos judíos ultraortodoxos, antes de que se den una serie de votaciones que continuarán el miércoles.

«Aprobamos un presupuesto responsable, que respeta el marco presupuestal y es saludado por las agencias de calificación», declaró Netanyahu.

Miles de manifestantes desfilaron en Jerusalén frente al parlamento, agitando banderas israelíes y tocando percusiones, al mismo tiempo que acusaban al gobierno, uno de los más derechistas de la historia de Israel, de «saquear» el dinero del Estado.

Esta manifestación era organizada por el movimiento que inició las protestas que han reunido todas las semanas a partir de enero a decenas de miles de personas contra el proyecto de reforma de la justicia, visto por sus detractores como una amenaza contra la democracia en Israel.

Netanyahu anunció el 27 de marzo una «pausa» en ese proyecto para dar una «oportunidad […] al diálogo».

El lunes, el primer ministro anunció que el Estado otorgará a los hombres judíos ultraortodoxos casados que realizan estudios religiosos en vez de trabajar, 250 millones de shekels (67,5 millones de dólares), en el marco de un acuerdo de última hora con uno de los partidos ultraortodoxos de la coalición, para garantizar el apoyo para la votación del presupuesto.

Cada sábado, Yehudit Elkana sale a protestar contra la controvertida reforma judicial del gobierno derechista, como miles de israelíes. «Por naturaleza soy optimista, aunque de momento no puedo serlo. Pero no cederemos», dice a DW esta química jubilada y defensora de los derechos humanos.

Nacida en Jerusalén en 1935, Elkana es hija de una pareja que escapó a comienzos de la década de 1930 de la Alemania nazi para comenzar una nueva vida en lo que entonces era el mandato británico de Palestina. En todos estos años ha vivido muchas crisis y guerras, pero también momentos alegres y esperanzadores, como aquel 14 de mayo de1948 en que David Ben Gurion proclamó el Estado de Israel.

Elkana recuerda la alegría de esos días. Pero en este aniversario está preocupada. Piensa que la pugna en torno a la reforma judicial «podría conducir a una guerra civil. Ningún bando cederá. Es simplemente muy triste».

También el Dr. Tomer Persico, del Instituto Shalom Hartman, un centro de investigación y educación con sede en Jerusalén, piensa que Israel está en una encrucijada, y no solo debido a la polémica reforma judicial. «Diversos temas que por largo tiempo fuero reprimidos o ignorados, están saliendo a la superficie. La esfera pública liberal y la iliberal, la relación entre el Estado y la religión, que naturalmente están ligados, y las relaciones entre la mayoría secularista y la minoría ultraortodoxa en el ejército… de todas esas cosas se discute ahora».

En un café de Tel Aviv, las amigas Roni Amir y Nili Rozen, de 24 y 23 años respectivamente, conversan sobre las manifestaciones y el futuro del país. Para Roni es importante ir a las manifestaciones contra la reforma judicial. Pero su prioridad es el fin de la ocupación israelí de los territorios ocupado: «En las manifestaciones estoy en el bloque «antiocupación», que demanda libertad e igualdad para los palestinos y para todos. Nuestro foco está en la ocupación, en la que vemos la causa de todo lo que está pasando. Además, queremos una verdadera democracia, un país que no se defina por la nacionalidad y la religión».

La visión de ambas no es necesariamente la más popular, por lo menos no entre los jóvenes judíos que no vivieron el proceso de paz de los años 1990. Según Persico, la izquierda israelí tiene poca influencia ideológica. De acuerdo con el Índice Israelí de Democracia 2022, un estudio anual del Instituto Israelí de la Democracia, hasta un 75 por ciento de los judíos israelíes entre 18 y 34 años se define como de derecha conservadora.

La tendencia hacia la derecha se reflejó también en las últimas elecciones, en las que la alianza de extrema derecha «Sionismo Religioso» obtuvo 14 de las 120 bancas de la Knesset.

Naor Meningher está decepcionado por las protestas y espera que al menos una parte de la reforma judicial se materialice. «Hace cuatro meses tuvimos elecciones. Y no se puede desconocer el resultado», dice este habitante de Tel Aviv, de 34 años, autor de podcasts y comentarista.

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