Advertencia de Biden para jefe del grupo Wagner

INTERNACIONAL

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Presidente de Estados Unidos, Joe Biden / Foto: U.S. Secretary of Defense

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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recomendó al líder del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, que «tenga cuidado» con lo que come, en referencia a la posibilidad de que sea envenenado.

Biden hizo esos comentarios en una rueda de prensa en Helsinki con su homólogo finlandés, Sauli Niinisto, y al ser preguntado sobre la fallida rebelión que lideró Prigozhin a finales de junio.

«Ni siquiera sabemos dónde está (…) Si yo fuera él, la verdad es que tendría cuidado con qué comer. Tendría la vista siempre puesta en mi menú», afirmó Biden.

Su comentario, en tono de broma, parecía hacer referencia al envenenamiento de líderes políticos que se oponen al presidente ruso, Vladímir Putin, como el opositor Alexéi Nalvalny, que fue envenenado en 2020 con el agente nervioso Novichok y que está ahora encarcelado.

Mercenarios del Grupo Wagner, que ha tenido un papel crucial en la ofensiva rusa en el este de Ucrania, protagonizaron el 24 de junio una rebelión armada con la que tomaron una importante base militar en el sur de Rusia y pusieron camino a Moscú.

Sin embargo, se dieron la vuelta cuando iban en dirección a Moscú porque el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, supuestamente llegó a un trato con Putin para que Prigozhin y los mercenarios de Wagner pudieran trasladarse a su país.

El paradero de Prigozhin, sin embargo, sigue siendo una incógnita.

La semana pasada, Lukashenko aseguró que Prigozhin, estaba en Rusia y no en Bielorrusia, como establecía el acuerdo al que llegó con Putin.

El pasado día 10, el Kremlin informó de que el jefe de Wagner mantuvo una reunión de tres horas con Putin días después de la rebelión armada.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó este miércoles desde Lituania y en el último día de la cumbre de líderes de la OTAN que la Alianza Atlántica es «más fuerte, tiene más energía y está más unida que nunca».

Biden proclamó que la OTAN es más importante que nunca y enmarcó la guerra en Ucrania en una lucha a nivel global entre las democracias y las autocracias del mundo.

«Nuestro compromiso con Ucrania no se debilitará. ¡Defenderemos la libertad hoy, mañana y el tiempo que sea necesario!», sostuvo casi a gritos en un emotivo discurso en la Universidad de Vilna, decorada con banderas lituanas y estadounidenses que colgaban de la fachada.

Frente a Biden aplaudían y vitoreaban centenares de personas, muchas ataviadas con los colores azul y amarillo de la bandera ucrania (símbolos del cielo y el cereal) y que agitaban eufóricas pequeñas banderas de Estados Unidos y Ucrania.

Horas antes del discurso, centenares de personas ─muchos jóvenes─ hacían fila para poder entrar en el recinto universitario y escuchar al presidente estadounidense.

La ciudad desde la que hablaba Biden, Vilna, aportaba un simbolismo muy especial a sus palabras.

Según recordó el propio mandatario en su discurso, los vecinos de Vilna demostraron una gran valentía el 13 de enero de 1991 cuando las tropas soviéticas se desplegaron allí para aplastar un intento del estado báltico por recuperar la independencia, en unos hechos que acabaron con la muerte de 14 personas.

«Catorce héroes perdieron trágicamente sus vidas, cientos resultaron heridos, pero todo el mundo vio cómo décadas de opresión no habían hecho nada para apagar la llama de libertad de este país», clamó el líder estadounidense.

Recordando esos tiempos del pasado, Biden aludió a la invasión que su homólogo ruso, Vladímir Putin, inició en Ucrania en febrero del año pasado y alabó la resistencia que han mostrado los ucranianos, desafiando las expectativas de quienes creían que Kiev caería poco después de la intrusión rusa.

«Putin se equivoca. Cree que pude convertir a Ucrania en un paria. No puede entender que esa es la tierra de los ucranianos, es su país y su futuro. Putin no puede entenderlo después de todo este tiempo y ¡está haciendo una mala apuesta!», recalcó con cierta rabia.

Biden argumentó que Putin no puede entender que la «libertad es algo que nunca puede arrebatársele» a un pueblo y pidió a las democracias del mundo, desde Europa hasta Asia, trabajar juntas para superar los desafíos actuales.

«Señoras y señores ─dijo haciendo una pausa para otorgar solemnidad a sus palabras─, estamos en un punto de inflexión, un punto de inflexión en la historia, en el que las decisiones que tomemos delimitarán la dirección de nuestro mundo en las próximas décadas».

Su discurso y sus palabras de apoyo a la OTAN tienen un gran contenido simbólico por producirse en Lituania, que se integró en la Alianza en 2004, y llegan justo al término de la cumbre de líderes aliados que finalizó este miércoles tras dos días de reuniones.

En su cumbre anual, los aliados declararon que «el futuro de Ucrania está en la OTAN», pero no definieron un calendario específico para su integración, lo que provocó cierta decepción entre Ucrania y los países del flanco este de la organización militar.

Sin embargo, Biden y otros líderes del G7 firmaron este miércoles una declaración con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en la que se comprometieron a garantizar la seguridad de Ucrania en el largo plazo.

Esa declaración, que fue condenada por Rusia, supuso una pequeña victoria para Ucrania y un paso más en el apoyo de Occidente a esa antigua república soviética.

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