INTERNACIONAL

Lectura: 5 minutos
En una reunión con Putin, Lukashenko dijo que los mercenarios de Wagner querían partir hacia Polonia. ¿Se lo puede tomar en serio? ¿Por qué Rusia y Bielorrusia ven en Polonia un enemigo más?
El fin de semana pasado, el mandatario bielorruso, Alexandr Lukashenko, visitó Rusia durante dos días. En San Petersburgo, se reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin, y ambos hablaron sobre Polonia y sobre el deseo de los soldados mercenarios del Grupo Wagner de dirigirse hacia Varsovia y a la ciudad de Rzeszów, en el sudeste del país. ¿Cómo se deben interpretar esas declaraciones?
El «tema Polonia» ya fue mencionado por Putin el 21 de julio, en una sesión del Consejo de Seguridad ruso, donde habló sobre su visión acerca de la historia de Polonia. Según esta, los líderes polacos quieren, «bajo el paraguas de la OTAN» intervenir en forma directa en el conflicto en Ucrania, y anexionar las regiones occidentales de ese país. En cuanto a Bielorrusia, Polonia tiene «sueños» similares, señaló Putin. El 23 de julio, ambos mandatarios siguieron desarrollando esa narrativa. Lukashenko explicó que los soldados mercenarios del Grupo Wagner que se encuentran en Bielorrusia presionaban para salir hacia el oeste. «Déjennos hacer una excursión hacia Varsovia y Rzeszów», citó Lukashenko a los mercenarios. Para la reunión, tomó un mapa sobre «la transferencia de tropas polacas a la frontera del Estado de la unión ruso-bielorrusa».
El politólogo bielorruso Valery Karbalevich cree que Putin y Lukashenko hablaron, sobre todo, de la presencia de los mercenarios de Wagner en territorio bielorruso, y que las amenazas contra Polonia son una escenificación. De ese modo, Lukashenko habría querido dejar en claro que los mercenarios querían atacar Polonia, pero que él los detiene. «Ese es el escenario más importante que debía ser presentada a la opinión pública», dijo a DW Karbalevich. Dos días después de la rebelión del jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, Lukashenko probablemente «habló demasiado», por lo cual habría recibido una reprimenda de Moscú, y luego hizo declaraciones «dentro del marco que le impuso el Kremlin», dijo en entrevista con DW Ryhor Nizhnikau, investigador principal del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales.
Los expertos están seguros de que, a causa de su apoyo a Ucrania, Polonia se ha convertido en otro «enemigo colectivo de Rusia». No solo se entrega equipamiento militar a través de Polonia, sino que ese país insiste en que se apliquen nuevas sanciones contra Rusia y, además, es un firme partidario de la integración de Ucrania en la UE y la OTAN. «Polonia limita con Bielorrusia y Ucrania. Cuando hablamos de una amenaza de los mercenarios de Wagner, sería extraño relacionarlos con EE. UU., Alemania o Francia. Están muy lejos. En cuanto a Lituania y Letonia, son países pequeños, pero Polonia es un oponente serio», explica Karbalevich.
Más allá de eso, Putin trata de ese modo de demostrarle a los rusos «cuán hábilmente les ha ganado otra vez», añade el experto. El levantamiento de Prigozhin traumatizó severamente a Putin, dice Karbalevich. Por eso, era importante para él usar el mismo recurso contra sus enemigos. «En otoño se llevarán a cabo elecciones parlamentarias en Polonia. Tanto Putin como Lukashenko están tratando de influir en ellas, incluso con amenazas, para que los votantes giren en la dirección «correcta», es decir, hacia las fuerzas que están haciendo campaña para decir que el papel de Polonia en la guerra está mal y que debe abandonarse para evitar una tercera guerra mundial», dijo Nizhnikau.
Karbalevich opina que la reunión entre Lukashenko y Putin es una estrategia de propaganda, «un ataque y una extorsión informativa, más que un peligro real, porque los mercenarios de Wagner aún están lejos de la frontera polaca. Según servicios secretos occidentales, hay unos 3.500 mercenarios en Bielorrusia. Y hay planes de trasladar hasta a 10.000 a ese país. Pero esa cantidad tampoco sería peligrosa», según el experto. Además, Karbalevich duda de que Prigozhin y sus mercenarios sigan actualmente las órdenes de Putin. La rebelión de junio demostró que se trata de una estructura independiente que «solo se embarca en aventuras si puede beneficiarse con ellas».
Pero si la amenaza se hiciera realidad, las consecuencias serían imprevisibles, ya que se trataría de un ataque a un país de la OTAN. Eso activaría el Artículo 5 del tratado, según el cual un ataque a un miembro de la OTAN es un ataque a todos los miembros, el que fue aplicado solo una vez: luego de los atentados del 11 de septiembre en EE. UU.
Otro artículo de interés: Mercenarios rusos de Wagner pretende invadir Polonia
