Marruecos busca paz con Argelia

INTERNACIONAL

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Rey Mohamed VI de Marruecos / Foto: Paul Kagame

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El rey Mohamed VI de Marruecos llamó este sábado a «un retorno a la normalidad» en las relaciones con su vecino Argelia, país con quien mantiene los lazos diplomáticos rotos desde 2021 con el trasfondo del conflicto del Sáhara Occidental.

En un discurso dirigido a la nación con motivo de la Fiesta del Trono, que conmemora el 24 aniversario de su entronización, el monarca subrayó que su país «jamás será origen de cualquier daño o perjuicio» para Argelia.

«Les queremos transmitir igualmente la enorme importancia que otorgamos a los vínculos de afecto, amistad, intercambio y comunicación entre los dos pueblos», indicó Mohamed VI en su discurso, transmitido por las televisiones y radios públicas del país.

En el apartado de relaciones internacionales, el monarca dedicó una buena parte a su vecino del Magreb y calificó las relaciones entre los dos países de «estables», al tiempo que expresó su deseo de que «mejoren».

«Imploramos a Dios todopoderoso para que todo vuelva a la normalidad, y que se abran las fronteras entre nuestros dos países y pueblos vecinos y hermanos», aseveró.

No es la primera vez que el rey de Marruecos tiende la mano a Argelia y lo ha hecho ya en discursos anteriores.

Argelia rompió sus relaciones con Marruecos en agosto de 2021 debido al conflicto del Sáhara Occidental, entre otros desencuentros, y decidió posteriormente cerrar su espacio aéreo a los aviones marroquíes. Además, ambos países mantienen cerradas sus fronteras terrestres desde 1994.

Los dos vecinos norteafricanos mantienen una vieja rivalidad en la región debido principalmente al apoyo abierto de Argel al Frente Polisario, que busca la independencia del territorio saharaui y que tiene su sede en los campamentos de Tinduf (en el sur de Argelia).

Cuando Marruecos obtuvo de Donald Trump el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara, creyó que había llegado el momento presionar al resto de socios, también España. De ahí la sobrerreacción diplomática y migratoria de mayo de 2021 cuando se filtró que el Gobierno español había atendido la solicitud argelina de hospitalizar al líder del Polisario, Brahim Ghali. De ahí también que, ante el anuncio de reconciliación entre España y Marruecos del 18 de marzo de 2022, las autoridades argelinas decidieran llamar a consultas a su embajador inmediatamente y transmitieran que su decepción era mayúscula. Por la decisión y por no haber sido consultados. En paralelo, la aproximación de Marruecos a Israel, incluida la firma de un acuerdo de cooperación en materia de seguridad y defensa ha enconado todavía más las posiciones argelinas y ha extendido las suspicacias más allá de las elites gobernantes.

Desde marzo, Argelia había avisado que estaba definiendo una respuesta global a la maniobra diplomática del gobierno español. La cooperación política entre ambos países lleva meses bajo mínimos, pero el anuncio de ruptura del tratado de amistad indica que las autoridades argelinas han decidido visibilizar todavía más su enfado.

La decisión argelina ha caído como un jarro de agua fría en Madrid, pero también en aquellos sectores económicos o territorios más expuestos a Argelia. En el ámbito económico sobresale el energético, pero no hay que olvidar la obra civil, la cerámica o el agroalimentario. En clave territorial, los más afectados pueden ser Baleares y Alicante y, en general todo el litoral mediterráneo. No toda España percibe con igual claridad que Argelia es un país vecino. Alicante está a poco más de 300 kilómetros de Orán y sólo 200 kilómetros separan Formentera y Almería de la costa argelina. Y un dato que muchos desconocen: Barcelona está tan cerca —o tan lejos— de Madrid como de Argel.

Otro dato relevante es que el tratado de amistad se firmó en 2002, precisamente cuando las relaciones entre España y Marruecos estaban en crisis. Para quien no lo recuerde, 2002 fue el año de la crisis de Perejil. El Gobierno de José María Aznar decidió reforzar las relaciones con Argelia en clave estrictamente bilateral, pero también para contrarrestar el deterioro de las relaciones con Marruecos. Además, España aprovechó la presidencia de turno de la Unión Europea para acelerar la firma del acuerdo de asociación entre Argelia y la UE en abril de 2002. Este acercamiento también respondía a un contexto global, marcado por el impacto de los atentados del 11 de setiembre, en el que tanto Argelia como España subrayaban el hecho de haber sido víctimas del terrorismo y reclamaban mayor colaboración internacional en este ámbito.

Ahora el contexto internacional viene marcado por la invasión rusa de Ucrania. Tanto Marruecos como Argelia creen que su colaboración es aún más valiosa para sus socios internacionales y especialmente para sus vecinos. En el caso de Argelia, por su papel como suministrador de gas natural y en el caso de Marruecos, por su capacidad para controlar los flujos migratorios de un continente africano que empezará a sufrir los efectos del aumento de precios y de la inseguridad alimentaria global.

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