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Varias manifestaciones recientes en las que se profanó el libro sagrado en Suecia y Dinamarca generaron tensiones diplomáticas.
Dinamarca anunció este domingo que va a «explorar» medidas legales para frenar las protestas que impliquen una quema de textos sagrados debido a las preocupaciones de seguridad después de las reacciones por las profanaciones del Corán.
El ministerio de Relaciones Exteriores dijo en un comunicado que el gobierno buscará intervenir en situaciones en las que «otros países, otras culturas y religiones sean insultadas y que esto pueda tener consecuencias negativas para Dinamarca».
«Esto debe realizar en el marco de la libertad de expresión que está protegida por la Constitución», agregó.
Varias manifestaciones recientes en las que se profanó el Corán en Suecia y Dinamarca generaron tensiones diplomáticas. Tras estos actos, varios emisarios diplomáticos daneses y suecos fueron convocados por las autoridades de varios países de mayoría musulmana.
El gobierno de Dinamarca afirmó que estas manifestaciones llegaron a un nivel que hacen que el país sea percibido como un lugar que «facilita el insulto y la denigración de otras culturas, religiones y tradiciones».
Además señaló que el objetivo principal de estas protestas fue la provocación y esto puede tener consecuencias importantes.
Salwan Momika quemó el libro sagrado del islam y amenazó con repetir la acción en Suecia, donde vive desde 2018. Sus compatriotas iraquíes exponen su pasado político y protestan.
Sus acciones han generado una agria disputa diplomática entre Irak y Suecia y es probable que enciendan la llama en otras regiones del mundo musulmán. Pero es difícil saber cuán en serio hay que tomar las motivaciones del solicitante de asilo iraquí que quemó páginas del libro sagrado del islam, el Corán, en Estocolmo (Suecia).
Salwan Momika, de 37 años, había planeado repetir la quema esta semana, menos de un mes después de haber causado malestar internacional al incendiar páginas del libro frente a una mezquita en Estocolmo. Momika, quien vive en Suecia desde 2018, se describe en Facebook como «pensador y escritor… un ateo libre» y sostuvo que su protesta busca expresar sus sentimientos frente a la religión.
El pasado jueves, sin embargo, Momika no prendió página alguna del Corán. De pie frente a la embajada iraquí en Estocolmo, el solitario manifestante pisoteó el libro y también la bandera de su país. Además, se limpió los pies con fotografías del destacado clérigo iraquí Muqtada al-Sadr y del líder iraní Ali Jamenei.
La acción provocó malestar en Irak incluso antes de que sucediera. En ese país, seguidores del clérigo Al-Sadr irrumpieron en la embajada sueca en Bagdad la mañana del jueves e incendiaron el recinto. Luego, el primer ministro iraquí ordenó la expulsión de la embajadora sueca, así como la salida del encargado de negocios iraquí en Estocolmo, además de suspender el permiso de operaciones de la empresa sueca de comunicaciones Ericsson.
En las redes sociales, algunos iraquíes cuestionaron la pertinencia de la reacción del gobierno de su país, aunque otros también pusieron en duda las motivaciones que tendría Momika para sus protestas. Una investigación realizada por France24 analizó más de cerca las publicaciones en internet de quienes dicen conocer a Momika.
Momika llegó a Suecia en 2018, y las autoridades del país europeo confirmaron que se le concedió un permiso de residencia de tres años en 2021. Los investigadores de France 24 verificaron varios videos que lo mostraban con trajes militares, junto a miembros de distintas milicias. Concluyeron que Momika fundó un partido político en Irak, el Partido de la Unión Democrática Siria, en 2014, así como la milicia asociada.
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