Estados Unidos y China en acuerdo Arabia Saudí-Israel

INTERNACIONAL

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Portavoz de la Casa Blanca, John Kirby / Foto: Chairman of the Joint Chiefs of Staff

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Estados Unidos sigue buscando la normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudita, pero aún no se ha llegado a un acuerdo, dijo John Kirby, uno de los portavoces de la Casa Blanca, el miércoles.

Sin embargo, sí reiteró que su gobierno está «comprometido» con lograr un acuerdo de paz entre los dos países porque cree que beneficiaría a Medio Oriente.

«No existe un acuerdo marco que sirva para codificar la normalización de relaciones», afirmó Kirby en una conferencia de prensa telefónica.

Kirby salió así al paso de un artículo que publicó este miércoles el diario The Wall Street Journal que asegura que el acuerdo podría producirse entre los próximos nueve y 12 meses.

Un acuerdo de paz entre Israel y Arabia Saudita tendría grandes repercusiones para la región y el conflicto palestino-israelí.

En este sentido, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, visitó recientemente el reino saudita para llevar a cabo conversaciones con el príncipe heredero Mohamed bin Salmán.

El expresidente Donald Trump ya logró que Israel y varios países árabes, como Emiratos Árabes Unidos , Baréin, Sudán y Marruecos, normalizaran sus lazos con los llamados Acuerdos de Abraham.

China ha aumentado su presencia diplomática en Oriente Medio en las últimas semanas, presentándose como un conciliador entre rivales, ayudando, por ejemplo, a Irán y Arabia Saudita a restablecer las relaciones diplomáticas, el 6 de abril, o intentando que haya negociaciones de paz entre Israel y Palestina.

En Pekín no ven con buenos ojos las disputas de larga duración y entre diferentes países, porque son «desestabilizadoras» y, en potencia, arriesgadas para sus intereses comerciales.

Dawn Murphy, profesora asociada de estudios de seguridad internacional en el Air War College, de EE. UU., dijo a DW que «los intereses más importantes de China en Oriente Medio son la adquisición de recursos y mercados, que incluyen intereses económicos y políticos».

«China tiene un incentivo para resolver estas disputas, ya que puede beneficiarse de la estabilidad en la región. Además, actuar como mediador le da a China la oportunidad de demostrar que es una gran potencia, que quiere contribuir a la paz y a la estabilidad en Oriente Medio», dijo a DW.

Antes del innovador acuerdo entre Irán y Arabia Saudita, China ha sido durante mucho tiempo un importante socio comercial para los países de Oriente Medio, comprando petróleo e invirtiendo más de 250.000 millones de euros en la región entre 2005 y 2022. La Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, el proyecto de infraestructura global insignia, que comenzó en 2013, permitió expandir su influencia en la región.

Algunos expertos piensan que se sobreestima la aspiración de Pekín y su influencia real en la región. «China vio una oportunidad en el acuerdo entre Irán y Arabia Saudita y proporcionó una plataforma», dijo a DW Tuvia Gering, experta en relaciones entre China y Medio Oriente en el Centro Diane y Guilford Glazer, del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel (INSS).

Sin embargo, dicho acuerdo fue el resultado de un compromiso de dos años entre Irán y Arabia Saudita, con la ayuda de países como Omán, Irak y Estados Unidos. Gering dijo que China era «el actor adecuado en el momento idóneo» y, en el caso de Israel y Palestina, ambas partes no están interesadas en iniciar conversaciones de paz y existe escepticismo sobre el papel de China como mediador equilibrado.

«China puede verse a sí misma como un poder equilibrado para todas las partes, pero Israel no comparte ese punto de vista. Ven a China como un actor parcial y completamente cínico en la región, que no tiene ningún interés en resolver este conflicto. Es solo China intentando conseguir sumar puntos diplomáticos y geopolíticos», agregó Gering.

«En ambos casos, Pekín no puede ser visto como una parte neutral, como tampoco en el caso de la guerra de Ucrania, porque Pekín está del lado de Rusia, mientras que en el pasado, China e Israel apenas han estado de acuerdo en el futuro de la región» afirmó Sari Arho Havren, investigadora en la Universidad de Helsinki.

Mientras China busca aumentar su influencia en Oriente Medio, la comunidad internacional también sigue de cerca cómo poder desafiar un orden regional, dominado durante mucho tiempo por Estados Unidos. Murphy, de la Escuela Superior de Guerra de EE. UU., dijo a DW que China pone énfasis en mantener relaciones equilibradas con todos los países de Oriente Medio y que no hay señales de que Pekín vaya a empezar a elegir bando, porque sigue apostando por su papel «conciliador».

Gering, del INSS, cree que los altos funcionarios estadounidenses, como el secretario de Estado, Antony Blinken, ven un cambio positivo cuando Pekín intenta mediar en los conflictos regionales.

«Piensan que China finalmente está actuando como una gran potencia responsable, y es una oportunidad para continuar su giro hacia el este de Asia», dijo a DW.

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