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El miércoles 16 de agosto se produjeron escenas aterradoras en Pakistán, cuando al menos cuatro iglesias fueron incendiadas y un cementerio cristiano profanado por cientos de hombres armados con palos y piedras en un barrio predominantemente cristiano de la ciudad oriental de Faisalabad. Los incidentes se produjeron después que un grupo fanático acusara a una familia cristiana de profanar el Corán.
El jueves 17 de agosto, la policía paquistaní vigilaba el barrio cristiano asaltado la víspera por musulmanes en el este del país, y las autoridades locales anunciaron más de un centenar de detenciones tras la violencia desatada por las acusaciones de profanación del Corán. Por la mañana, cientos de policías estaban desplegados en la zona, algunos de ellos montando guardia alrededor de la iglesia principal del Ejército de Salvación, con sus ventanas y paredes ennegrecidas por el fuego. Durante los actos violentos, la cruz de la cima de la iglesia fue arrancada. Al menos cuatro iglesias y siete casas fueron atacadas, dijo a la AFP un representante de la policía en el lugar de los hechos.
Iglesias incendiadas y saqueadas bajo los vítores de una multitud de hombres con palos y lanzan piedras: estas escenas filmadas en el barrio de Jaranwala, en las afueras de la ciudad industrial de Faisalabad, en el Estado de Punjab, recorrieron el miércoles las redes sociales, explica la periodista desde Islamabad, Sonia Ghezali.
«Pedimos justicia y acción por parte de la policía y de quienes administran justicia (…) para que intervengan inmediatamente y nos aseguren que nuestras vidas tienen valor en nuestra propia patria», publicó en Twitter (X) el obispo de Lahore, Azad Marshall.
Una turba incendió los lugares de culto, afirmó a EFE un portavoz de la Policía de la zona de Jaranwala, Mohammed Naveed, «en respuesta» a las alegaciones de blasfemia que fueron amplificadas desde algunas mezquitas del vecindario.
Según la fuente, los asaltantes también vandalizaron casas propiedad de cristianos, provocando la huida de la localidad de algunos miembros de esta minoría, unos 2,6 millones de personas o el 1,27 % de la población en Pakistán según el último censo.
El joven cristiano «ha sido acusado de desgarrar las páginas del sagrado Corán y escribir palabras blasfemas contra el profeta Mahoma», añadió Naveed.
Ante la imposibilidad de la Policía de controlar a las turbas, las autoridades afirmaron haber llamado a la unidad policial militarizada Rangers.
El espeso humo desatado por los muebles incendiados frente a una modesta iglesia, ante la mirada de decenas de jóvenes, fue una de las imágenes de la jornada de violencia contra la minoría cristiana, lamentó el presidente de la iglesia de Pakistán, el obispo Azad Marshall, en la red social Twitter.
«Me fallan las palabras mientras escribo esto. Nosotros, obispos, curas y personas comunes estamos profundamente doloridos y afligidos», dijo Marshall, que acusó a las turbas de «profanar» biblias y «torturar y acosar» a cristianos falsamente acusados.
La cabeza de la iglesia paquistaní pidió una intervención inmediata a las autoridades para detener la violencia, mientras que la Policía paquistaní ha registrado un caso contra dos jóvenes cristianos por dañar el Corán e insultar al profeta Mahoma.
El delito de blasfemia fue establecido en la época colonial británica y endurecido por el dictador Mohamed Zia-ul-Haq en los años 1980 y conlleva la pena de muerte en Pakistán, aunque nunca nadie ha sido ejecutado por ello.
En el caso más conocido en Pakistán de blasfemia contra un miembro de la minoría cristiana, Asia Bibi fue sentenciada a muerte en 2010 aunque finalmente recibió la absolución del Tribunal Supremo en 2018, desatando protestas multitudinarias.
Las acusaciones de insultar al islam suelen desatar ataques y linchamientos contra las personas supuestamente culpables.
Así sucedió el pasado febrero, cuando una turba irrumpió en una comisaría en el este de Pakistán y mató a golpes a un hombre al que acusaban de haber profanado el Corán.
*Imagen ilustrativa.
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