ARGENTINA

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Mas de 70 vuelos de Aerolíneas Argentinas se demoraran el martes a raíz de una asamblea de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA). Delegados del gremio volvieron a reunirse el miércoles a la mañana con autoridades de la compañía estatal que dirige Pablo Ceriani por negociaciones salariales. El diálogo entre las partes no llegó todavía a buen puerto y el conflicto derivó en más de 30 vuelos estén retrasados.
La empresa estatal tiene una perdida permanente de tres mil millones de dólares anuales, según expertos privados, nunca desmentidos por el gobierno de Alberto Fernández.
La poderosa vicepresidenta Cristina Kirchner es una férrea defensora de la propiedad estatal de la línea de bandera, a tal punto que Máximo Kirchner, su hijo diputado nacional, presentó un proyecto de ley en el Congreso para evitar la posibilidad de ingreso de capital privado a Aerolíneas Argentinas.
La asamblea del miércoles comenzó cerca de las 9, en el marco de una negociación salarial que concluyó sin éxito según pudo confirmar el diario LA NACION. Mientras el debate se trasladó para el viernes próximo, hay 31 vuelos de Aerolíneas Argentinas afectados, la mitad de ellos deberían salir de Aeroparque ─en la Ciudad de Buenos Aires─ el resto lo hace del aeropuerto internacional de Ezeiza.
Desde la compañía estatal señalaron que ayer ofrecieron una recomposición salarial del 8% para agosto y que se comprometieron a reabrir las conversaciones cuando se conozca el número de inflación del mes, pero informaron que la propuesta fue rechazada por el sindicato de pilotos comandados por Pablo Biró, que presiona por obtener 12% de aumento.
Biró es el piloto que comanda el avión presidencial cuando Cristina Kirchner realiza algún viaje oficial.
«La empresa cumplió con los acuerdos anteriores, ya que ajustó los salarios de acuerdo a la inflación acumulada durante el último año, con los salarios actualizados y equiparados hasta julio inclusive», aseguraron desde Aerolíneas Argentinas, donde recrudecieron su postura contra el gremio al entender que es «inaceptable» que esta «medida de fuerza encubierta en medio de una negociación abierta» altere el normal desarrollo de las operaciones en los aeropuertos, sobre todo porque «afecta a los pasajeros que eligen y confían en el servicio» de la línea aérea de bandera.
En tanto, desde el sindicato APLA también dieron a conocer un fuerte comunicado que enviaron tras las charlas infructuosas de hoy. En primer término les bajaron el tono a los encuentros al alegar que fueron solo «informativos» y también aseveraron que la empresa inició una «campaña mediática» para «amedrentar» a los pilotos y responsabilizarlos por los retrasos en los vuelos. «La decisión de los directivos parece seguir siendo la de escalar el conflicto», indicaron en el sindicato.
Asimismo enfatizaron en que no van a aceptar que «pretendan licuarles los salarios» y desconocer el contexto inflacionario que hay en el país. «Hasta el momento se manejaron en la negociación paritaria con la misma intransigencia que tuvieron cada vez que reclamamos la necesidad de contar con una programación estable, que deje de lado el abuso constante en las reprogramaciones y que nos permita una vida organizada», se quejaron.
Dijeron incluso que la empresa reaccionó de la misma manera cuando se negaron a tratar el problema que tienen con el impuesto a las ganancias. «Son los mismos estratos gerenciales que en años electorales anteriores también incitaron conflictos y después permanecieron trabajando bajo un nuevo gobierno», deslizaron.
Convencidos de que esto ya pasó otras veces, los pilotos señalaron que la «única manera» de salir de esto es manteniéndose «firmes» en los reclamos, en caso de que no haya un «cambio rotundo» en el accionar de la aerolínea.
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