INTERNACIONAL

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La Fundación Nobel no invitará a los embajadores de Rusia, Bielorrusia e Irán a la gala de entrega de estos galardones en Estocolmo, en contra de lo que había anunciado previamente el presidente Vidar Helgesen.
«La decisión de la Fundación Nobel de invitar a todos los embajadores a la ceremonia de entrega de los Premios Nobel, en línea con la práctica previa, ha provocado fuertes reacciones», destacó la organización en un comunicado emitido este sábado.
Tras la invitación ─que se produjo después de que dichos embajadores fueran excluidos el año pasado, tras la invasión rusa de Ucrania─ se hallaba el razonamiento de que era «importante y correcto» tratar de dar el máximo alcance posible «a los valores y mensajes que representa el Premio Nobel», argumentó. Sin embargo, las reacciones en Suecia al anuncio que había realizado el jueves el presidente de la fundación «ensombrecieron por completo» este mensaje, indicó el comunicado.
Por ello, el consejo de la fundación ha decidido «repetir la excepción a la práctica habitual del año pasado» y excluir a los citados embajadores de la ceremonia en Estocolmo, aunque sí que podrán asistir a la gala de Oslo, donde se entrega el Nobel de la Paz.
El nuevo anuncia ocurre luego que el viernes, el embajador ucraniano en Suecia y los líderes de varios partidos suecos habían amenazado con boicotear la ceremonia en protesta por la invitación de los embajadores de Rusia y Bielorrusia.
Con la decisión del Premio Nobel de la Paz de 2022 se envía un mensaje a la opinión pública en Rusia, Bielorrusia y Ucrania; es más, a todo el mundo: distinguimos a aquellos que, en Europa del Este, tienen el coraje de nombrar por su nombre los crímenes monstruosos del régimen de Vladímir Putin. Distinguimos a aquellos que están dispuestos a sufrir en aras de la verdad, a arriesgar sus vidas, a ser encarcelados.
El prestigioso galardón le dolerá a Putin, porque entrará en los libros de historia. El tirano de Rusia y su propaganda estatal podrán ocultarlo, polemizar en su contra y criticarlo cuanto quieran. Sin embargo, no podrán borrar esta decisión buena y sabia del Comité del Premio Nobel de la Paz.
Los crímenes perpetrados por Putin no cayeron del cielo: ni la guerra de invasión en Ucrania ni la persecución de la oposición en Rusia y Bielorrusia. Putin los ha preparado sistemáticamente durante años.
En Bielorrusia, Ales Bialiatski, uno de los tres Premios Nobel de la Paz, los comenzó a llamar por su nombre hace tiempo. Por ejemplo, el intento de Moscú de destruir la soberanía bielorrusa. Desde hace décadas lucha en defensa del idioma y la cultura bielorrusos, algo que provoca la indignación de Moscú.
*Imagen ilustrativa.
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