ARGENTINA

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Sacerdotes de Argentina celebraron el martes una misa comunitaria para «desagraviar» al papa Francisco, por las críticas del candidato presidencial liberal Javier Milei.
La misa «en desagravio por los ultrajes al papa Francisco en la campaña política» argentina frente a las elecciones generales del 22 de octubre se realizó en frente de la parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé, ubicada en la villa 21-24 donde habita una voluminosa colectividad paraguaya, en el sur de la capital argentina, frente a un grupo que según los curas llegaba al millar de asistentes.
Medios independientes aseguran que la convocatoria apenas llegó a la mitad.
Desde que se lanzó a la Presidencia, el diputado nacional Milei ha tenido críticas severas sobre el papa, ya sea en redes sociales, como en entrevistas y declaraciones. En varias ocasiones se refirió a Francisco como «el maligno en la Tierra que ocupa el trono de la casa de Dios» y lo acusó de «impulsar el comunismo».
El papa es un declarado admirador de la expresidente Cristina Kirchner, quien lo ha visitado con frecuencia en el Vaticano, una relación que ha provocado asombro en los analistas políticos teniendo en cuenta que en su anterior función, como arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, el entonces Bergoglio no dejaba de alertar a lo argentinos sobre el pésimo gobierno que encabezaba la propia mandataria.
El tradicional Tedeum anual del 9 de Julio ─fecha patria del país─ por decisión de Cristina Kirchner y en una muestra de repudio al cardenal Bergoglio, nunca se llevó a cabo de la forma tradicional, es decir, en la Catedral de la Ciudad de Buenos Aires.
El poderoso colectivo Madres de Plaza de Mayo, que responde a la expresidente, se volcó a sabotear la actividad del Arzobispo Bergoglio a tal punto que llego incluso a ensuciar las paredes y piso del edificio. Las declaraciones de la fallecida titular del organismo que dice defender los Derechos Humanos, calificó a Bergoglio con palabras ofensivas y humillantes, como se podía ver en la prensa local.
Tras las elecciones primarias del 13 de agosto en las que resultó el candidato más votado (29,86%), Milei moderó sus criticas y expresó que, si llega a la Presidencia y el papa visita a Argentina, le daría un recibimiento «acorde a un jefe de Estado» porque es «el jefe espiritual de la gran mayoría de los argentinos».
«Esta misa es para rechazar injurias y en apoyo al papa Francisco», dijo en la misa el sacerdote José «Pepe» Di Paola, que trabajó estrechamente con Jorge Bergoglio cuando era arzobispo de Buenos Aires antes de ser nombrado papa, en 2013.
El cura Pepe, como se lo conoce popularmente, es uno de los denominados «curas villeros», esto es, los sacerdotes que eligen ejercer en las comunidades mas pobres del país que apoyan con decisión a Bergoglio, en disidencia abierta con la mayoría de la Iglesia del país.
«El papa es para nosotros aquel que guía y que llega con su palabra al corazón de personas que no son de nuestra religión y en este tiempo ha recibido agravios», agregó Di Paola en su homilía. «Es indigno de un candidato decir «la mierda de la justicia social» cuando parte del Evangelio, de la doctrina social de la Iglesia, es el amor al prójimo», agregó.
Milei ha definido la justicia social como «la mayor aberración» de la política.
«Esa prédica va en contra de la fe del papa Francisco, que es la persona a la que ataca, pero en definitiva el ataque va contra nuestra fe y el humanismo», aseguró Di Paola.
El religioso consideró que el resultado de las primarias es producto «del voto bronca» cuando la inflación rebasa el 100% anual. «Está bien que se entienda que es para toda la clase dirigente, para que pongan sobre sus escritorios la agenda de los barrios populares: seguridad, trabajo y mejor educación», sostuvo el cura.
El drástico cambio de rumbo del papa Francisco respecto a Cristina Kirchner a la luz de los desencuentros previos, nunca fue comprendido ni analizado por los especialistas.
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