Leve mejora en relaciones China-Australia

INTERNACIONAL

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Foto: Keith Skipper

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El primer ministro chino, Li Qiang, y el primer ministro de Australia, Anthony Albanese, se reunieron este jueves en los márgenes de la cumbre de líderes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), en una nueva señal del deshielo de las relaciones bilaterales.

«Hemos mantenido una discusión franca y constructiva, y hemos dado la bienvenida al actual progreso en la estabilización de las relaciones bilaterales y el renovado compromiso entre nuestros dos países. Ambos estamos de acuerdo en el valor de expandir la cooperación en áreas de interés común», subrayó Albanese tras el encuentro.

La reunión se produjo en los márgenes del foro de líderes de la ASEAN, constituida en 1967 y formada por Birmania, Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam, la cual celebra su cumbre anual desde el martes y hasta el jueves en Yakarta, con otros dirigentes invitados.

«He hablado de una serie de asuntos bilaterales y de importancia para Australia, incluyendo los restantes impedimentos para el comercio, los casos consulares y derechos humanos. Hemos discutido y compartido perspectivas sobre asuntos regionales e internacionales de seguridad», añadió Albanese.

La relación entre China y Australia empezó a empeorar en 2017, cuando Camberra puso de manifiesto la injerencia china en la política australiana, y al año siguiente prohibió la implementación de las redes de telefonía 5G de empresas chinas por motivos de seguridad.

En 2020, el entonces primer ministro australiano, Scott Morrison, solicitó una investigación internacional sobre el origen de COVID-19, lo que fue criticado por China, el principal socio comercial de Australia, que reaccionó con el incremento de los aranceles a productos australianos como la cebada, el vino, el carbón y la madera, entre otros.

Las relaciones comenzaron a mejorar desde que llegó el Partido Laborista a Australia en 2022, y las autoridades chinas eliminaron el mes pasado los aranceles del 80,5 por ciento que impuso a la cebada australiana.

«He dicho al primer ministro Li que continuaremos cooperando donde podamos y estaremos en desacuerdo en donde debamos», agregó Albanese.

Australia confirmó la intención de comprar misiles de largo alcance a Estados Unidos como parte del pacto de seguridad AUKUS, poco después que Washington anunciara que autorizó la venta de hasta 220 misiles cruceros Tomahawk al país.

«Estamos trabajando con Estados Unidos para tener más capacidad de misiles», dijo el ministro de Defensa de Australia, Richard Marles, a la cadena de la televisión australiana Nine, al subrayar la necesidad del país de armarse con misiles de «mayor alcance» que sean capaces de «llegar más allá de nuestras costas».

Empero, Marles se negó a dar detalles sobre el número de misiles de largo alcance que adquirirá Australia, a pesar de que el Departamento de Defensa estadounidense anunció la aprobación de la venta de hasta 220 misiles crucero Tomahawk por un valor de 895 millones de dólares (841 millones de euros).

Para Wahington, la venta propuesta de estos misiles «mejorará la capacidad de Australia para interoperar con las fuerzas marítimas estadounidenses y otras fuerzas aliadas», con el fin de hacer frente «a las amenazas regionales y para reforzar su defensa nacional», según el comunicado del país norteamericano, que hace una alusión velada a China.

Por su lado, el ministro australiano de Industrias de la Defensa, Pat Conroy, declaró a la cadena pública australiana ABC que los misiles Tomahawk, que inicialmente se instalarán en los buques destructores de la Armada australiana de la clase Hobart, servirán para «mantener a raya a cualquier adversario potencial» y «promover la paz y la estabilidad».

Conroy también explicó que estos misiles podrán ser disparados desde los submarinos de propulsión nuclear Virginia, que serán adquiridos a Estados Unidos como parte de un complejo plan de varias etapas que culmina con la construcción en Australia de sumergibles nucleares de diseño británico y tecnología estadounidense.

«La clase Virginia viene equipada para disparar torpedos pesados y misiles de crucero Tomahawk. Queremos la mejor capacidad posible para las Fuerzas de Defensa Australianas, lo que incluye la posibilidad de atacar a los adversarios lo más lejos posible de la costa australiana», precisó Conroy.

El pacto AUKUS, suscrito por Australia, Estados Unidos y Reino Unido en septiembre de 2021, tiene como pilar la compra de submarinos de propulsión nuclear por parte de Australia, un programa que se calcula representa para Camberra un valor final de entre 268.000 millones y 368.000 millones de dólares australianos (entre 179.147 millones y 246.854 millones de dólares estadounidenses).

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