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El Tribunal Supremo (TS) de Israel dio comienzo, este martes a una audiencia clave en la que analizará varios recursos presentados contra una ley central de la reforma judicial impulsada por el Gobierno de Benjamín Netanyahu.
Por primera vez en la historia de Israel, los 15 jueces del Supremo se reunieron hoy para analizar las apelaciones presentadas contra una ley aprobada en julio, la que anuló la doctrina de razonabilidad, que permitía al Tribunal revisar y revocar decisiones gubernamentales de acuerdo a si éstas eran razonables o no.
Esta audiencia ha atraído la atención de toda la sociedad israelí y llega tras una larga jornada de protestas, ayer lunes, en favor de la intervención del Tribunal para derogar la medida.
Las manifestaciones de este lunes concentraron a decenas de miles de personas en Jerusalén y siguen a más de ocho meses de protestas semanales contra una reforma que busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia.
Del lado opuesto, miembros del gobierno, el más derechista en la historia de Israel, han advertido en los últimos días que una decisión del TS en contra de la ley aprobada en julio pondría en jaque a la democracia israelí y han amenazado con no acatar el fallo.
El ministro de Justicia y uno de los principales arquitectos de la reforma, Yair Levín, emitió hoy un comunicado en el que denunció que «el Tribunal se está poniendo a sí mismo por encima del Gobierno, de la Knéset (Parlamento), del pueblo y de la ley».
Por su parte, el ex primer ministro y actual líder de la oposición, Yair Lapid, respondió a través de sus redes sociales que «la Knéset aceptará cualquier fallo del Tribunal Supremo».
La ley en cuestión es una enmienda a una de las leyes básicas de Israel y es uno de los pilares del plan de reforma del Gobierno, que busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, cuya independencia se vería profundamente socavada.
Si bien nunca en la historia del Estado judío el Tribunal Supremo ha intercedido ante una enmienda a una de las leyes básicas, distintos analistas israelíes han destacado que se trata de un caso sin precedentes y que resulta un escenario incierto.
Por el momento no ha trascendido información sobre el tiempo que se tomarán los jueces para fallar sobre esta legislación, aunque medios locales anticiparon que se podrían demorar varias semanas.
Decenas de miles de personas salieron a las calles de Tel Aviv y otras ciudades de Israel por 31 sábado consecutivo para protestar contra la reforma judicial que impulsa el gobierno de Benjamín Netanyahu.
Entre fogatas y miles de ondeantes banderas, la protesta de este sábado se llevó a cabo pese a que esta misma noche un agente de seguridad falleció por un ataque armado en una zona de restaurantes de Tel Aviv, perpetrado por un palestino que también murió tras recibir disparos de otro agente.
«¡Nada nos detendrá, estamos todos juntos aquí para quedarnos!», dijo Shikma Bressler, una prominente física del Instituto de Ciencias Weizmann que se ha convertido en una de las líderes de las protestas, en un mensaje a la multitud que fue replicado en las redes sociales.
Como ya es costumbre, la protesta tuvo su epicentro en la recientemente bautizada Plaza de la Democracia de Tel Aviv, y otras manifestaciones tuvieron lugar en ciudades como Haifa, Modin o Netanya.
Netanyahu y sus socios ultraortodoxos y ultranacionalistas anunciaron en enero una polémica reforma judicial que busca restar independencia a la Justicia para otorgarle más poder al Ejecutivo.
Desde entonces, se levantó un histórico movimiento de protesta en todo el país, que aglutina diversos sectores sociales ─académicos, militares, empresarios de alta tecnología, mujeres─ y organiza constantes y multitudinarias marchas antigobierno, algunas veces con brotes de violencia ante la represión policial.
El 24 de julio, el Parlamento -donde el Gobierno tiene mayoría- aprobó una de las leyes fundamentales de la reforma, la que eliminó la doctrina de la razonabilidad, que permitía al Supremo revisar y revocar decisiones gubernamentales que no considerara razonables.
Las protestas de este sábado ocurren durante el receso de verano del Parlamento y previo a una audiencia en septiembre en la que los 15 jueces que componen el Tribunal Supremo de Israel analizarán las apelaciones presentadas contra esa ley.
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