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La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, pidió el viernes a la Unión Europea que actúe conjuntamente «con una misión naval si es necesario» para impedir que los inmigrantes crucen el Mediterráneo desde el norte de África.

Meloni publicó un mensaje de vídeo en las redes sociales prometiendo medidas duras en respuesta al aumento de llegadas de inmigrantes esta semana que ha abrumado a la pequeña isla italiana de Lampedusa.

Dijo que había escrito al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pidiéndole que incluyera la inmigración en la agenda de una cumbre de la UE en octubre.

«Tengo la intención de reiterar la petición de una misión inmediata de la UE para bloquear la salida de los barcos de inmigrantes», afirmó Meloni, para quien el creciente número de llegadas se ha convertido en un gran dolor de cabeza político.

Su gobierno de derecha asumió el poder en octubre del año pasado prometiendo frenar la inmigración ilegal, pero en lo que va de año se han reportado casi 126.000 inmigrantes, casi el doble que en la misma fecha en 2022.

Lampedusa ha sido la más afectada recientemente, con alrededor de 7.000 desembarcados allí sólo esta semana, más que la población permanente de la isla, lo que provocó apasionados llamamientos de ayuda por parte de los políticos locales.

Meloni dijo que el gabinete se reuniría el lunes para aprobar medidas de emergencia que incluyen pedir al ejército que construya centros de recepción más grandes para albergar a inmigrantes ilegales y extender el límite de tiempo durante el cual pueden ser detenidos.

La mayoría de los barcos de inmigrantes que se dirigen a Italia provienen de Túnez.

Meloni ayudó a la UE a llegar a un acuerdo con el Estado del norte de África en julio pasado para frenar los flujos migratorios a cambio de financiamiento, pero aún no se ha implementado.

En su mensaje del viernes pidió a la Comisión Europea que transfiera inmediatamente 250 millones de euros (266,48 millones de dólares) a Túnez.

El viernes, los inmigrantes fueron transportados gradualmente desde el sobrecargado centro de recepción de Lampedusa hacia la isla más grande de Sicilia y otras partes de Italia.

«Espero que la situación mejore y que nos dejen salir de aquí porque las condiciones de vida aquí no son fáciles. Dormimos al aire libre, al sol y al frío», dijo Claudine Nsoe, una migrante de 29 años de Camerún.

Sosteniendo a su hijo Prince, de 18 meses, en su regazo, dijo que le había llevado una semana llegar a Lampedusa desde Libia con dos niños.

Después de tensiones y enfrentamientos dentro del centro, imágenes del jueves por la noche publicadas en las redes sociales mostraron a algunos inmigrantes mezclándose con lugareños y turistas y bailando al ritmo de la música en la calle principal de Lampedusa.

Más temprano el viernes, Francia acordó trabajar con Italia para lograr algún tipo de respuesta de la UE a la crisis.

«Quiero decirles muy sinceramente a todos nuestros amigos italianos que creo que es responsabilidad de la Unión Europea, de toda la Unión Europea, apoyar a Italia», dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, a los periodistas.

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se unió a los llamados del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, para que la UE comparta la carga de rescatar a los migrantes y eventualmente asentar a aquellos que recibieron el estatus de refugiados, uno de los temas más controvertidos entre los estados miembros.

«No puede ser que sólo los estados de primera línea, como Italia, que reciben las llegadas iniciales, tengan que acogerlos a largo plazo», dijo el portavoz de ACNUR, Matthew Saltmarsh.

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