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Un portavoz del canciller alemán, Olaf Scholz, reiteró hoy (18.09.2023) que China no es una democracia, después que Pekín tachara de «absurdas» unas declaraciones de la ministra de Exteriores germana, que calificó de «dictador» a Xi Jinping.
Scholz opina que China «está gobernada por un régimen comunista de partido único», afirmó el portavoz, Wolfgang Büchner, al ser preguntado por la posición del canciller en una rueda de prensa en Berlín. «Está claro que no se corresponde con su idea de la democracia», subrayó, aunque destacó que «el canciller nunca comenta las declaraciones de sus colegas de gabinete».
Los periodistas reclamaban saber si el socialdemócrata Scholz, conocido por su actitud más contemporizadora con respecto a Pekín, compartía las palabras de su ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, de curso mucho más crítico.
El revuelo diplomático surgió durante el fin de semana, en una entrevista con el medio estadounidense Fox News, donde Baerbock planteó la pregunta de «qué significaría para otros dictadores del mundo como el presidente chino» si Rusia ganara la guerra en Ucrania.
La portavoz de la cancillería china, Mao Ning, expresó a continuación la «profunda insatisfacción» de Pekín por las palabras de la jefa de la diplomacia alemana, que calificó de «extremadamente absurdas» y aseguró que su país ha protestado por la vía diplomática.
El primer ministro Li, en su primera viaje al extranjero desde que fue nombrado en marzo, también subrayó la importancia que su país da a las relaciones con la Unión Europea (UE), en un contexto de creciente desconfianza en el bloque hacia Pekín.
«A la recuperación económica mundial le falta una dinámica de crecimiento. China y Alemania, como grandes naciones influyentes, deberían colaborar estrechamente para la paz y el desarrollo en el mundo», dijo Li en una rueda de prensa, junto al jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz.
El responsable chino también aseguró que Pekín da «una gran importancia a los vínculos entre la UE y China y desea trabajar con Alemania para impulsar estos vínculos». Scholz se reunió con Li en pleno reajuste de la diplomacia alemana hacia China, aunque sigue siendo su primer socio comercial. Alemania adopta ahora una visión más crítica hacia el gigante asiático que en años anteriores, especialmente durante la época de la excanciller Angela Merkel, cuando Berlín quería reforzar sus relaciones comerciales con China.
La primera economía europea busca diversificar sus socios para «reducir los riesgos» derivados de una excesiva dependencia a China en sectores estratégicos, aunque no puede dejar de lado el mercado chino, clave para su poderosa industria.
«Alemania busca ampliar sus relaciones económicas en Asia. No queremos cerrarnos a un socio, queremos colaboraciones equilibradas», dijo el canciller, asegurando sin embargo que no tenía «ningún interés» en romper los lazos económicos con China.
El responsable chino pidió, sin embargo, a los países que quieran disminuir su dependencia económica con China que no utilicen la estrategia de «reducción de riesgos» para discriminar a su país.
«Pienso que la mayoría de los amigos de la industria alemana no verán a China como un riesgo y no aceptarán una supuesta política de «reducción de riesgos» contra China» dijo Li, subrayando su preocupación por posibles «medidas discriminatorias».
En plena tensión entre China y Estados Unidos, Alemania se perfila como un buen interlocutor para Pekín, máxime cuando la economía china tiene dificultades para despegar tras la pandemia de COVID-19.
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