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Azerbaiyán calificó este jueves como «constructiva» la reunión mantenida con los representantes de los separatistas armenios de la región de Nagorno Karabaj, acordada la víspera tras el acuerdo de cese al fuego, y en la que se discutió la integración de la población al Estado azerí y temas de carácter humanitario. Las partes decidieron seguir adelante con las conversaciones.

La idea, aseguró Bakú, es reencontrarse «lo más pronto posible». «En la reunión, que tuvo lugar en un ambiente constructivo y positivo, se discutieron la reintegración de la población armenia de Karabaj, la restauración de la infraestructura y la organización de actividades basadas en la Constitución y las leyes de Azerbaiyán», añadió la parte azerbaiyana.

Los separatistas, por su parte, explicaron a través de un comunicado que ambas partes «hicieron hincapié en particular en la necesidad de abordar todos los problemas existentes en un ambiente tranquilo». Los representantes armenios del Karabaj ─David Melkumian y Serguei Martirosian─, región que estuvo bloqueada por Azerbaiyán durante más de nueve meses, solicitaron ayuda humanitaria, incluyendo combustible y alimentos.

Según Bakú, estas solicitudes serán satisfechas a la brevedad. «En particular, está previsto abastecer rápidamente de combustible los sistemas de calefacción de guarderías y escuelas, así como cubrir las necesidades de atención médica de urgencia y de los servicios de bomberos», dijeron desde Azerbaiyán. Su representante en la cita, Ramin Mamedov, también presentó los planes de reintegración.

«Se destacó la importancia de una rápida implementación de la declaración del Ministerio de Defensa del 20 de septiembre sobre la suspensión de las medidas antiterroristas», respecto al desarme de los militares karabajíes y la disolución de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj, añadió la Presidencia azerbaiyana. También se buscará normalizar las relaciones con Armenia, tras dos conflictos en las últimas tres décadas.

Azerbaiyán forzó el miércoles a los separatistas a capitular tras una ofensiva militar relámpago de 24 horas que dejó, según los separatistas, unos 200 muertos. Por su parte, Armenia indicó que por el momento no está prevista ninguna evacuación masiva, pero se dijo lista para recibir a «40.000 familias» de refugiados.

Azerbaiyán y los separatistas armenios de Nagorno Karabaj celebraron este jueves (21.09.2023) unas primeras conversaciones de paz, tras la operación relámpago de las fuerzas de Bakú, que reivindicó el control sobre este territorio del Cáucaso.

Los secesionistas armenios aceptaron el miércoles deponer las armas como parte de un alto al fuego mediado por Rusia que puso fin a una ofensiva de 24 horas de Azerbaiyán para recuperar este territorio, escenario de dos guerras en las últimas tres décadas.

Las conversaciones de este jueves tuvieron lugar en la ciudad azerbaiyana de Yevlax, a 295 kilómetros al oeste de la capital Bakú, según la prensa estatal de Azerbaiyán.

El camino hacia la paz «no es fácil», pero «hay que tomarlo», dijo el primer ministro armenio Nikol Pashinián mientras se desarrollaban estas primeras conversaciones.

Rusia tiene soldados de paz en este enclave montañoso del Cáucaso, situado dentro de las fronteras internacionales de Azerbaiyán pero controlado en buena parte por separatistas armenios desde un conflicto librado a inicios de los años 1990.

Nagorno Karabaj, considerada por Armenia una región central en su historia, proclamó su independencia de Azerbaiyán (con el apoyo del gobierno de Ereván) en el momento de la desintegración de la Unión Soviética en 1991.

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