Caso Wirecard con espía para Rusia

INTERNACIONAL

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Foto: Victoria Huber

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Investigadores británicos sospechan que Jan Marsalek, exmanager de la empresa alemana de servicios financieros Wirecard y prófugo de la justicia, formó parte de una red de espionaje para Rusia.

En un comunicado, la fiscalía británica afirma que Jan Marsalek desempeñó un papel central como intermediario entre Moscú y un grupo de búlgaros que se enfrentan a un juicio en Londres como presuntos espías rusos.

Este martes (27.09.2023) debe celebrarse una audiencia preliminar sobre el asunto en el Tribunal de la Corona de Westminster, en Londres.

Marsalek, ex director de ventas de Wirecard, lleva algún tiempo escondido y se sospecha que se encuentra en Rusia. Se le considera el principal sospechoso del escándalo de Wirecard.

Marsalek era responsable del negocio con las denominadas empresas terciarias asociadas, proveedores de servicios de pago externos que procesaban o se cree que procesaban pagos con tarjeta de crédito en nombre de Wirecard, principalmente en Asia.

A mediados de 2020, el grupo que cotizaba en DAX colapsó porque no se pudieron encontrar 1.900 millones de euros (2.000 millones de dólares) en supuestos ingresos de este negocio de terceros. Cuando se hizo evidente el colapso del grupo, Marsalek abandonó el país.

El escándalo en torno a la manipulación sistemática de balances de la compañía alemana de pagos electrónicos Wirecard será investigado previsiblemente por una comisión parlamentaria, a instancias de la oposición.

Los Verdes alemanes se sumarán a la iniciativa, anunció este martes (01.09.2020) esa formación, lo que dará a la solicitud el respaldo parlamentario preciso. Hasta ahora, apoyaban la creación de esa comisión la Izquierda y el Partido Liberal (FDP), así como la populista de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD).

El voto de Los Verdes era necesario para garantizar el apoyo suficiente sin tener que depender de los votos de la AfD, a la que el resto del espectro parlamentario descarta como aliada.

Entre Verdes, Izquierda y FDP suman 216 escaños del total de 709 diputados del Bundestag; la petición de una comisión investigadora debe contar con el apoyo de, al menos, una cuarta parte de la cámara.

Hasta ahora, el caso de Wirecard estaba en manos de una comisión interna de Finanzas, ante la que habían declarado ya varios ministros, entre ellos los de Finanzas, Olaf Scholz (actual primer ministro); Economía, Peter Altmaier, y Justicia, Christine Lambrecht.

La creación de una comisión parlamentaria, cuyo trabajo puede prolongarse durante meses, puede ser especialmente delicada para Scholz, ya que puede salpicar su campaña como candidato del Partido Socialdemócrata (SPD) a las elecciones generales de 2021.

El caso de Wirecard ha dañado la credibilidad de las autoridades de supervisión y comprometido, indirectamente, a los mencionados ministros y a la propia canciller, Angela Merkel, quien en 2019 intercedió por esa empresa en un viaje oficial a China, acompañada de una abultada delegación empresarial.

Wirecard, que se consideró una compañía modélica, pasó a la insolvencia el pasado junio. Se reveló entonces que había inflado deliberadamente sus resultados desde 2015, mientras que la Fiscalía de Múnich sostiene que estaba diseñada para la manipulación sistemática de datos y balances desde entonces.

A más tardar a mediados de 2019 había sospechas fundamentadas sobre estos procedimientos irregulares.

El ministro de Finanzas y candidato socialdemócrata Scholz es hasta ahora el que puede acabar más desacreditado por el asunto, desde el punto de vista político.

A raíz del escándalo, su departamento ha elaborado un plan para permitir una intervención más directa del Estado sobre la autoridad de supervisión BaFin, que es un organismo independiente, pero bajo supervisión de Finanzas.

La Fiscalía de Múnich, encargada de la investigación judicial del caso, dictó el pasado julio el ingreso en prisión preventiva de tres exdirectivos de Wirecard, incluido su ex consejero delegado Markus Braun. El número dos de la empresa y pieza clave en el caso, Jan Marsalek, está en paradero desconocido desde junio.

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