Inédita reunión tripartita en sudeste asiático

INTERNACIONAL

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Presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol / Foto: Republic of Korea

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Funcionarios de Corea del Sur, Japón y China celebraron su primera reunión de alto perfil desde 2019 y acordaron coordinarse para que tenga lugar «lo antes posible» una cumbre trilateral entre sus mandatarios.

El encuentro, desarrollado en Seúl, dio cita al viceministro surcoreano de Exteriores Chung Byung-won, al alto funcionario de la Cancillería japonesa Takehiro Funakoshi y al ministro asistente de Exteriores de China, Nong Rong, para debatir la reanudación de un mecanismo de cooperación entre sus países.

Entre los puntos clave de la reunión se encontraba también la posibilidad de reavivar las antaño habituales cumbres trilaterales entre Seúl, Tokio y Pekín, estancadas desde 2019 por el empeoramiento de sus disputas territoriales, contenciosos históricos y el auge del militarismo de China en la región, con el que Japón es particularmente crítico.

En el encuentro, «los tres países acordaron celebrar una cumbre trilateral en el momento conveniente más temprano posible y convocar con premura una reunión de ministros de Exteriores para prepararla», dijo el portavoz de la Cancillería surcoreana Lim Soo-suk, en una rueda de prensa recogida por la agencia local de noticias Yonhap.

El canciller surcoreano, Park Jin, mantuvo un encuentro en la víspera con los tres altos funcionarios y les pidió «trabajar estrechamente» y «producir resultados tangibles que resulten en beneficios que pueda sentir la gente de los tres países», según el citado medio.

Las cumbres trilaterales que Corea del Sur, Japón y China venían celebrando regularmente desde 2008 quedaron en punto muerto en 2019, después de que una serie de condenas en Corea del Sur a empresas japonesas, a cuenta de los trabajos forzados a los que sometieron a surcoreanos durante el dominio colonial nipón de la península de Corea, tensara las ya tirantes relaciones entre los dos países.

La pandemia de COVID-19, que paralizó las actividades diplomáticas y el tránsito de viajeros, fue otro factor determinante.

Seúl y Tokio han protagonizado un acercamiento desde la llegada a la presidencia surcoreana del conservador Yoon Suk-yeol en 2022, al que han acompañado conversaciones sobre la potencial reanudación de las cumbres trilaterales, que Corea del Sur, como actual presidente de un marco de cooperación trilateral, busca que se celebre en 2023.

La Guardia Costera de Filipinas anunció la retirada de una «barrera flotante» que habría colocado Pekín para evitar la faena de pesqueros filipinos en el mar de China Meridional. China reacciona con advertencia.

El portavoz de la Guardia Costera, Jay Tarriela, indicó en un comunicado que la barrera, colocada cerca del atolón de Scarborough (Bajo de Mansiloc), en el mar de China Meridional, suponía un peligro para la navegación, lo que vulnera las leyes internacionales.

«También dificulta la pesca y medios de vida de los pescadores filipinos en BDM (Bajo de Mansiloc), que es parte integral del territorio filipino», manifestó Tarriela.

En declaraciones al canal filipino ANC, Tarriela precisó que los guardacostas acudieron el lunes (25.09.2023) en barcas para aparentar que eran pescadores y cortaron el ancla y la red que impedía el paso a una laguna en el atolón. La barrera quedó entonces a la deriva y sin cortar el acceso al atolón y buques chinos recuperaron la red, según el portavoz filipino.

El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Wang Wenbin, indicó ya el lunes que el atolón de Huangyan Dao, el topónimo chino para Scarborough, siempre ha pertenecido a China y que su país que tiene «soberanía indiscutible» sobre el área.

«China defiende firmemente la soberanía y los derechos e intereses marítimos de la isla Huangyan», reaccionó Wang este martes y añadió: «Aconsejamos a Filipinas que no provoque problemas».

Los guardacostas filipinos acusaron el pasado domingo a buques chinos de bloquear con la «barrera flotante» de unos 300 metros de largo a sus pescadores en aguas disputadas en el atolón de Scarborough, que se encuentra dentro del área económica exclusiva de Filipinas.

China ocupó el atolón de Scarborough en 2012 y bloqueó la entrada a los pesqueros chinos, pero relajó la prohibición cuando el expresidente filipino Rodrigo Duterte inició un acercamiento a China en 2016. Sin embargo, el nuevo presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., ha fortalecido los lazos en defensa con Estados Unidos y ha elevado las críticas a Pekín por las reclamaciones soberanistas en el mar de China Meridional.

Las autoridades chinas reclaman casi la totalidad del mar de China Meridional, incluidos los archipiélagos Paracel y Spratly, una reivindicación que se solapa con las áreas económicas exclusivas de 200 millas, tal como indica la legislación internacional, de países como Filipinas, Vietnam y Malasia.

Pekín alega razones históricas, pero en 2016 la Corte Permanente de Arbitraje dio la razón a Manila en su denuncia contra las reivindicaciones de las autoridades chinas, decisión que la potencia asiática se negó a acatar.

Las tensiones entre China y Filipinas han aumentado en los últimos meses, y la semana pasada el Gobierno de Filipinas aseguró que sopesa presentar una nueva queja ante la Corte Permanente de Arbitraje, en esta ocasión por la pérdida de coral en aguas disputadas, de lo que acusan a buques chinos.

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