ESPAÑA

Lectura: 5 minutos
Miles de personas se manifestaron este domingo en Barcelona contra la amnistía que sectores de izquierda y centroizquierda están negociando con los partidos independentistas catalanes para conseguir su apoyo, el cual sería crucial para que el socialista Pedro Sánchez pueda asumir como jefe del gobierno español.
La protesta, bajo el lema «No en mi nombre: ni amnistía, ni autodeterminación», estaba convocada por la plataforma antiindependentista Sociedad Civil Catalana, y contó con la presencia del líder del Partido Popular (PP, conservadores), Alberto Núñez Feijóo, quien la semana pasada fracasó en su intento de ser investido como jefe del ejecutivo, y del jefe de la formación de extrema derecha Vox, Santiago Abascal.
Con cánticos de «No a la amnistía» y «Puigdemont a prisión», en referencia al expresidente regional catalán y líder de la fallida tentativa de secesión de Cataluña en 2017, unos 50.000 manifestantes, según la Guardia Urbana (y 300.000 de acuerdo a los organizadores), agitaron sus banderas españolas por el céntrico Paseo de Gracia de Barcelona.
Tanto la derecha como la extrema derecha se oponen frontalmente al posible perdón para los separatistas catalanes con causas judiciales por su participación en el intento de secesión de hace seis años, que los partidos independentistas exigen a cambio de apoyar la investidura de Sánchez.
Después de que el líder conservador no lograra los apoyos suficientes en el Parlamento, el rey de España, Felipe VI, le encargó el martes a Sánchez que sea ahora candidato a la investidura. Ese día, el jefe del gobierno saliente prometió «generosidad» en unas negociaciones que reconoció, no obstante, que «van a ser complejas».
Pese a terminar segundo en las legislativas del 23 de julio por detrás del líder del Partido Popular, Sánchez, en el poder desde 2018, parece más cerca que Feijóo de conseguir aglutinar una mayoría de diputados en torno a su candidatura.
El socialista cuenta ya con el apoyo de la izquierda, con quien gobierna en coalición desde 2020, aunque ahora necesita asegurarse el respaldo indispensable de formaciones como Izquierda Republicana de Cataluña (ERC) o Junts, el partido que lidera Carles Puigdemont desde Bélgica, donde se instaló para huir de la justicia española. Ambas exigen, al menos, la aprobación de una amnistía a cambio de sus votos.
La región de Cataluña celebra cada 11 de septiembre su fiesta, la Diada, que incluye una marcha en la capital catalana convocada por organizaciones independentistas, que elevaron la participación a unas 800.000 personas. Al margen del cruce de cifras propio de estas convocatorias, los datos de la Guardia Urbana ─la Policía local de Barcelona─ reflejan desde hace unos años una afluencia en descenso, pues en 2022 la cifró en 150.000 y quedan lejos de los 600.000 que calculó en 2019.
La manifestación llega este año a pocos días de que el próximo 28 de septiembre comience en el Parlamento español la sesión a la que se presenta para ser investido presidente del Gobierno español el conservador Alberto Núñez Feijóo.
Los votos de partidos independentistas catalanes son claves para decidir la investidura, pero el líder del conservador Partido Popular, la fuerza más votada en las elecciones de julio, ha avanzado que no negociará con formaciones como JxCat, del expresidente catalán Carles Puigdemont, huido de la Justicia española tras la declaración unilateral de independencia de 2017.
Aunque de nuevo llegan a este día divididas en la forma de conseguirlo; formaciones como JxCat y Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), que gobierna en esta región, coinciden en reclamar un amnistía para procesados por aquella declaración unilateral y un referéndum sobre la independencia.
Si Núñez Feijóo fracasa en su intento de ser presidente, ya que aún no suma los votos necesarios y mantiene que el Estado español no debe ceder ante ese «desafío separatista», daría pie a que pueda presentarse a la investidura el jefe del Ejecutivo español en funciones, el socialista Pedro Sánchez, que defiende que suma más apoyos parlamentarios. «Cataluña ha abierto un nuevo camino de progreso, entendimiento y convivencia. Es el momento de mirar al futuro y seguir avanzando», escribió en redes sociales Sánchez.
Aunque las fuerzas independentistas catalanas han advertido de que no le apoyarán si no atiende reivindicaciones como la amnistía y el referéndum, desde el partido socialista PSOE se subraya que existen «límites» ante ese tipo de demandas.
La presidenta de JxCat, Laura Borràs, afirmó antes de la marcha que «no piden investidura», sino «independencia», y advirtió de que sus votos servirán «para resolver el conflicto» catalán, no para «apuntalar a gobiernos españoles». El presidente del Gobierno regional y coordinador de ERC, Pere Aragonès, subrayó que la amnistía es el «primer paso» para abrir camino hacia un referéndum.
*Imagen ilustrativa.
Otro artículo de interés: Nuevo intento de Núñez Feijóo para gobernar España
