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El presidente del Banco Mundial (BM), Ajay Banga, ha defendido este viernes que las instituciones financieras internacionales tienen que responder a los retos globales, como el cambio climático o la inseguridad alimentaria, «de forma agresiva, simultánea e integral».
«No podemos ayudar a los agricultores a aumentar el rendimiento de sus cultivos con técnicas no diseñadas para sequías largas» solo con recursos, ha dicho durante su intervención en el Pleno de la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial en Marrakech.
«La generación pasada tuvo el lujo de escoger» los proyectos, ha apuntado, pero ahora es necesario ampliar la capacidad de acción del Banco Mundial, lo que pasa por buscar recursos y asumir «más riesgos».
Esto exige también una nueva forma de trabajar, buscando un «mayor impacto en el desarrollo» al tiempo que se buscan recursos adicionales, como ya se está haciendo con el ajuste de los préstamos con respecto al capital o el trabajo con otros bancos multilaterales.
Asimismo, hay que analizar «nuevas ideas», como explorar vencimientos más largos para la deuda, de 35 a 40 años, reducir los tipos de interés o aumentar el financiamiento concesional.
El presidente del Banco Mundial ha señalado que uno de los objetivos actuales es recaudar hasta 4.000 millones de dólares (3.700 millones de euros) para la ventanilla de respuesta a crisis mundial.
En este sentido, Banga ha resaltado que el Gobierno de Estados Unidos está pidiendo 1.000 millones de dólares (948 millones de euros) para este fondo, además de solicitudes de otros países donantes, especialmente los países nórdicos.
Banga ha hecho hincapié sobre la importancia de reforzar la colaboración con el sector privado de cara a mejorar la movilización del capital privado.
En este sentido, ha subrayado que se está trabajando para unificar las garantías de seguros en la institución y simplificar el acceso a ellos. El objetivo es hacer que el Banco Mundial sea «más próximo, accesibles y comprensible», ha afirmado.
Ha apostado además por simplificar y agilizar los proyectos porque «si el desarrollo se retrasa, se niega. Un año sin educación reduce el ingreso futuro de una persona en un 10 % anual», ha puesto como ejemplo.
Vivimos un momento «de gran incertidumbre», en el que el mundo afronta retos como la pobreza o la crisis climática y con «muchos conflictos en el frente» que están reduciendo el crecimiento. «Con cada punto que se pierde de crecimiento 100 millones de personas caen en la pobreza», ha advertido.
El crecimiento, además, «está distanciando el norte global del sur global», lo que alimenta la desconfianza y «no podemos derrotar la pobreza con la mitad de la población relegada al margen»: en los próximos diez años 1.100 millones de jóvenes del sur global alcanzarán la edad de trabajar y solo se van a crear 325 millones de empleos.
El nuevo presidente del Banco Mundial ha puesto en tela de juicio las ingentes cantidades de dinero que los gobiernos destinan a subvencionar los combustibles fósiles.
En su intervención en la reunión anual del Banco, celebrada el miércoles en Marruecos, Ajay Banga afirmó que los 1.250 billones de dólares que se destinan cada año a abaratar los combustibles, la pesca y la agricultura son demasiados.
Estos tres sectores son responsables de hasta 6 billones de dólares de impacto medioambiental, y el banco quiere que, en su lugar, se dé prioridad a la acción contra el cambio climático.
«No digo que haya que eliminarlas todas. Considero que algunas de esas subvenciones son fundamentales para el contrato social con el Gobierno y sus ciudadanos», declaró Banga en una mesa redonda de las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en Marrakech.
«Simplemente creo que este tema de las subvenciones necesita debatirse», dijo, reconociendo que no era un tema popular dada la política implicada.
Los gobiernos de todo el mundo gastan casi medio billón de euros al año en abaratar el uso de combustibles fósiles, según un informe del FMI de 2021.
Estas subvenciones adoptan distintas formas, como exenciones fiscales, préstamos a bajo interés y topes al precio de la gasolina. Este último, por ejemplo, ayuda a limitar el coste del combustible para las personas que repostan sus coches.
Deshacerse de este tipo de subvenciones puede ser políticamente difícil, ya que encarece el coste de la vida. Pero la mayoría de las subvenciones benefician en realidad a los ricos, según un reciente informe del Banco Mundial.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) también ha afirmado que las subvenciones a los combustibles fósiles son, en última instancia, una forma ineficaz de ayudar a los consumidores.
«Es mucho mejor que los gobiernos inviertan tiempo y dinero en cambios estructurales que reduzcan la demanda de combustibles fósiles, en vez de en ayudas de emergencia cuando suben los precios», afirmaron analistas de la AIE a principios de este año.
En su propio informe «Detox Development» de junio de 2023, el Banco Mundial señala que si se tuvieran en cuenta los costes sociales de los combustibles fósiles ─como su impacto en el cambio climático y la contaminación atmosférica─, el precio sería aún mayor que su precio en el mercado libre.
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