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El Palacio de Versalles, en Francia, fue evacuado de nuevo este sábado (21.10.2023) debido a una amenaza de bomba, la sexta ocasión en una semana.
Francia está sufriendo una ola de falsas amenazas de bomba en museos, aeropuertos y estaciones ferroviarias desde el 14 de octubre, un día después de un ataque islamista que dejó un muerto en Arras.
Además, sucede en el contexto del conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamás, por
«Por motivos de seguridad, el Palacio de Versalles evacua a sus visitantes y volverá a abrir en cuanto se realicen las verificaciones (de seguridad). Les agradecemos su comprensión», señaló la institución en un mensaje en la red social X.
El museo nacional francés, que recibió siete millones de visitantes el año pasado, fue evacuado de forma ordenada, según imágenes televisivas.
El gobierno llevó al máximo su nivel de alerta ante posibles atentados.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, pidió una respuesta gubernamental «implacable» contra aquellos con «ideologías terroristas».
El Elíseo comunicó este lunes (16.10.2023) el mensaje de Macron a los prefectos (delegados del Gobierno) para que examinen el fichero de personas radicalizadas elaborado por los servicios secretos para garantizar que no caen en el olvido los procedimientos para su expulsión.
A eso se añade una directiva al ministro de Interior, Gérald Darmanin, para que haya un análisis particular para los jóvenes originarios del Cáucaso.
El asesino del profesor Dominique Bernard el pasado viernes en un liceo de la ciudad de Arras es Mohamed Mogouchkov, un joven de 20 años de nacionalidad rusa nacido en la república de Ingusetia que llegó a Francia de niño en 2008 con su familia, que fue objeto de un procedimiento de expulsión en 2014 que no llegó a ejecutarse.
El padre de la familia fue expulsado cuatro años después por vínculos con el extremismo islamista, el hijo mayor está encarcelado en Francia por participar en preparativos para un atentado terrorista y el propio Mohamed Mogouchkov era objeto desde hace unas semanas de seguimiento por los servicios secretos, que sospechaban proximidad con el integrismo islámico.
El presidente también se ha dirigido a sus ministros para insistir en que el Estado tiene que ser «implacable con todos los que sustentan el odio e ideologías terroristas».
La orden de Macron se traduce en una circular de Darmanin a los prefectos para que examinen en 48 horas de forma detallada todos los casos de personas fichadas por radicalización, en particular los extranjeros en situación irregular.
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