ARGENTINA

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La excandidata de coalición opositora Juntos por el Cambio (centroderecha), Patricia Bullrich, apoyará a Javier Milei, a pesar de «diferencias», en la segunda vuelta de elecciones presidenciales argentinas.
En una rueda de prensa ofrecida en Buenos Aires junto a Luis Petri, quien la acompañó en la candidatura como aspirante a vicepresidente, la exministra de Seguridad, excandidata a la presidencia de Argentina, dijo que no podían ser «neutrales» en el balotaje y que se encuentra «ante el dilema de cambio o continuidad mafiosa».
Bullrich fue tercera (23,83 %) en las elecciones celebradas el domingo, en las que el candidato de Unión por la Patria (justicialismo gobernante), Sergio Massa, se impuso con un 36,28 % de votos, por delante del líder de La Libertad Avanza (derecha), quien recibió un 29,98 %.
Las encuestadoras no lo vieron venir: el triunfo de Sergio Massa, justicialista de centro de Unión por la Patria, en las elecciones en Argentina fue una sorpresa, tanto para los investigadores de opinión como para observadores y analistas. Los argentinos despertaron el lunes 23 de octubre con una mezcla de incredulidad y estupor por el resultado.
En Buenos Aires, Massa dio una conferencia de prensa a medios internacionales, entre ellos, de China, Estados Unidos, Corea del Sur, y otros países. De ese modo, capitaliza su triunfo dando a conocer medidas económicas y sus planes de cara a las relaciones con otros Estados. Y se despega del kirchnerismo, apelando a la «unión nacional».
Con gran habilidad política, Sergio Massa pone así a su rival en la segunda vuelta, Javier Milei, ante la necesidad de igualarlo. ¿Es por esa habilidad que Massa triunfó en estas elecciones? «Massa realmente hizo un trabajo increíblemente bueno en esta campaña electoral, porque, racionalmente no entiendo cómo él, como ministro de Economía de este malísimo gobierno, puede presentarse como la solución al problema que, en parte, él mismo creó», dice a DW Susanne Käss, directora de la sede en Buenos Aires de la Fundación Konrad Adenauer, cercana a la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Alemania.
«En la historia reciente, los resultados de formaciones políticas de extrema derecha dieron una sorpresa negativa, en la mayoría de los casos, ya que fueron más fuertes de lo que se esperaba. Y esta vez, por suerte, el resultado fue lo contrario», contrasta Torge Löding, director de la sede en Buenos Aires de la Fundación Rosa Luxemburgo, cercana al partido alemán La Izquierda, en entrevista con DW.
Si bien Massa se presenta seguro de sí mismo y muy pragmático, todavía nadie sabe con exactitud cómo hará, de llegar a la presidencia, para enfrentar la magnitud de una crisis económica que se sigue agudizando. «No hay motivo para un gran entusiasmo por el triunfo de Massa, a quien, como ministro de Economía en funciones, se lo hace responsable de la catastrófica situación económica en Argentina, con una superinflación, con la devaluación del peso, y con la gente sintiéndose cada vez peor porque no le alcanza el dinero», subraya Löding. «La gente eligió en Massa el mal menor, no lo votó por convicción».
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