Régimen norcoreano rechaza diálogo con Washington

INTERNACIONAL

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Kim Yo-jong, influente hermana del líder norcoreano, Kim Jong-un / Foto: Republic of Korea (cropped)

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«Nunca nos sentaremos cara a cara con Estados Unidos», declaró Kim Yo-jong, hermana del líder Kim Jong-un, luego que la embajadora estadounidense ante la ONU dijo que Washington continúa llamando al diálogo a Pyongyang.

Kim Yo-jong, la hermana del líder norcoreano, Kim Jong-un, descartó este jueves la posibilidad de reanudar conversaciones con Washington y dijo que Pyongyang «nunca se sentará cara a cara» con Estados Unidos.

Kim Yo-jong hizo estas declaraciones en un comunicado publicado hoy por la agencia estatal norcoreana KCNA y tras una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a principios de esta semana, convocada para discutir el lanzamiento por parte del Norte de un satélite espía militar.

Durante la reunión, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, dijo que Washington continúa llamando al diálogo con Pyongyang, sin condiciones previas, y que corresponde al Norte «hacer esa elección» y «elegir el momento y el tema» a tratar.

«La soberanía de un Estado independiente nunca puede ser un tema de la agenda de negociaciones y, por lo tanto, nunca nos sentaremos cara a cara con Estados Unidos», dijo Kim y acusó al país norteamericano de «oprimir» la paz y la seguridad globales.

También hoy Corea del Norte afirmó que su primer satélite espía, que habría logrado poner en órbita hace algo más de una semana, habría tomado imágenes de instalaciones militares estadounidenses en San Diego y Japón, así como el Canal de Suez en Egipto.

El líder norcoreano, Kim Jong-un, habría revisado estas fotos satelitales en un informe de operaciones preparado por el Centro de Control General de Pyongyang, según detalló hoy KCNA.

Medios norcoreanos informaron hoy de que dicho satélite habría tomado fotos de la Casa Blanca, el Pentágono y otras instalaciones estadounidenses clave en términos de defensa.

Corea del Norte, que ha dicho haber tomado también imágenes de bases militares estadounidenses en la isla de Guam, no ha mostrado de momento ninguna foto de las obtenidas por su nuevo satélite, puesto en órbita el pasado 21 de noviembre.

El año pasado Seúl aseguró que la resolución de las imágenes de un dispositivo de prueba lanzado por Pyongyang era muy pobre e insistió en la misma idea ─aunque sin aportar pruebas concretas─ cuando recobró restos de uno de los dos lanzamientos fallidos que Corea del Norte realizó en mayo y agosto de este año para tratar de situar el aparato en la órbita baja terrestre.

Los expertos creen que, independientemente de que la calidad de las imágenes que capte el satélite norcoreano pueda ser baja, el despliegue de este aparato es un importante salto que permitiría ahora a Pyongyang detectar, por ejemplo, movimientos de tropas y activos u objetivos para potenciales ataques preventivos.

Corea del Norte dice haber puesto en órbita satélite militar de vigilancia, contraviniendo a la ONU que prohíbe utilizar tecnologías de misiles balísticos y que fue condenado firmemente por Estados Unidos y Japón.

El cohete, que despegó este 21 de noviembre por la noche, siguió la trayectoria prevista y «logró poner en órbita al satélite Malligyong-1», indicó la agencia oficial norcoreana KCNA. Antes, el ejército surcoreano anunció haber «detectado a las 13H43 GMT un supuesto satélite de vigilancia militar». Por su parte, Japón dio cuenta del lanzamiento de un misil de Corea del Norte, que el primer ministro Fumio Kishida condenó con «la mayor firmeza posible».

«Incluso si llaman a eso un satélite, el lanzamiento de un objeto que utiliza la tecnología de los misiles balísticos es claramente una violación de las resoluciones de las Naciones Unidas», recalcó el primer ministro. El lanzamiento «eleva las tensiones y corre el riesgo de desestabilizar la situación de seguridad en la región y fuera de ella», afirmó en tanto, en un comunicado, la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, Adrienne Watson.

Ante el anuncio del lanzamiento, el gobierno japonés ordenó brevemente a los habitantes de la región de Okinawa, en el suroeste del archipiélago, ponerse a cubierto.

Corea del Norte informó con anterioridad a Japón de su intención de lanzar un satélite a partir del miércoles, según Tokio, en un tercer intento, tras dos fracasos en mayo y en agosto. Pyongyang designó en agosto tres áreas marítimas susceptibles de verse afectadas por el lanzamiento previsto en aquel momento: dos en el mar Amarillo, al oeste de la península coreana, y una tercera en las aguas situadas al este de Filipinas.

«Las zonas de peligro mencionadas por Corea del Norte esta vez corresponden a las anunciadas durante su proyecto de lanzamiento de satélite en agosto», comentó un responsable surcoreano citado por la agencia de prensa Yonhap.

Seúl llevaba semanas advirtiendo que Pyongyang estaba en las «últimas etapas» de la preparación de un nuevo lanzamiento de satélite espía. El reciente acercamiento entre Corea del Norte y Rusia preocupa a Estados Unidos y sus aliados surcoreano y japonés. Según Seúl, Pyongyang suministra armas a Rusia a cambio de tecnologías espaciales rusas.

A inicios de noviembre, el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken denunció los vínculos militares «crecientes y peligrosos» entre Corea del Norte y Rusia. Corea del Norte procedió este año a un número récord de ensayos de misiles, pese a las sanciones internacionales y a las advertencias de Estados Unidos, Corea del Sur y de sus aliados. El país calificó además de «irreversible» su estatus de potencia nuclear.

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