Brasil alerta por crisis entre Guyana y Venezuela

INTERNACIONAL

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Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva / Foto: Palácio do Planalto

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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó el jueves, en la cumbre semestral del Mercosur, que acompaña con «creciente preocupación» las tensiones entre Venezuela y Guyana por la región del Esequibo e invocó a la CELAC para mediar entre los dos países.

«No queremos guerras ni conflictos, necesitamos construir paz, porque solo con paz podemos desarrollar nuestros países», dijo Lula en la apertura del encuentro presidencial del Mercado Común del Sur (Mercosur) en Río de Janeiro.

La LXIII Cumbre de Presidentes del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) empezó el jueves en Río de Janeiro, donde ratificarán la incorporación de Bolivia, firmarán un acuerdo de libre comercio con Singapur y debatirán sobre las negociaciones con la Unión Europea (UE).

El mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, es el anfitrión de una cita en la que Brasil pasará la presidencia pro tempore del Mercado Común del Sur (Mercosur) a Paraguay, en el Museu do Amanhã de Río.

A Lula lo acompañan los jefes de Estado de Argentina, Alberto Fernández, que este domingo entregará el poder al ultraliberal Javier Milei; de Paraguay, Santiago Peña; de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y de Bolivia, Luis Arce.

En la apertura, Lula dijo que se trata de «una cumbre de despedida y de llegada», en alusión al fin de mandato de Fernández y a la investidura de su sucesor, Javier Milei.

Los gobernantes analizarán el estado de las negociaciones comerciales con la UE después del enésimo desencuentro entre ambos bloques, que ha bloqueado la firma definitiva de un texto que se negocia desde hace más de dos décadas.

Brasil, que ha ejercido la presidencia rotativa en el último semestre, esperaba culminar el proceso este año, pero el rechazo de varios países europeos, encabezados por Francia, y el recelo de Argentina a comprometerse con un acuerdo que considera «obsoleto», en vísperas del traspaso de poder a Milei, lo impidieron.

La mayor potencia de América Latina volvió a defender con énfasis el proseguimiento de las negociaciones con los Veintisiete, con los que se alcanzó en 2019 un acuerdo político general, en la reunión de ministros de Exteriores y Economía del Mercosur celebrada el miércoles.

Por otro lado, los socios fundadores firmarán la carta de ratificación de adhesión de Bolivia, que ya era Estado asociado y que a partir de ahora tendrá un plazo de cuatro años para adaptar su legislación a la normativa de la unión aduanera fundada en 1991.

Además, sancionarán un acuerdo comercial con la República de Singapur, el primero de su historia con un país de la región Asia-Pacífico.

Brasil todavía pretende orientar sus esfuerzos hacia un impulso decisivo para concretar el acuerdo de libre comercio entre Mercosur y la Unión Europea (UE), incluso después del «no» expresado por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, el pasado sábado (02.12.2023).

En una entrevista exclusiva con DW en Berlín, el ministro de Asuntos Exteriores, Mauro Vieira, afirmó que no considera que la oposición de Macron haya sido un balde de agua fría en un momento en el que las negociaciones parecían encaminarse hacia un resultado decisivo.

Macron volvió a expresar su oposición al tratado, calificando el texto de «obsoleto» e «incoherente» y afirmando que «no es bueno para nadie», tras una reunión con el presidente Inácio Lula da Silva, al margen de la COP28. Tras los discursos del líder francés, Lula afirmó que, si no hay acuerdo, no habría sido por falta de voluntad del bloque sudamericano.

Vieira acompaña a Lula en una visita oficial. En la capital alemana, el viaje de Lula incluye la segunda edición de las Consultas Intergubernamentales de Alto Nivel, un mecanismo de diálogo con el Gobierno alemán que se reanudó, tras una pausa de ocho años.

DW: El sábado (2.12.2023), durante la COP28, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, afirmó que está en contra de los términos actuales del acuerdo comercial entre Mercosur y la Unión Europea, en momentos en que las negociaciones finales parecían avanzar. ¿Un jarro de agua fría de Macron al acuerdo?

No. No lo fue. También porque ya conocíamos las posturas francesas. Hemos estado negociando con la Comisión Europea, directamente con la estructura de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. Nuestros negociadores han logrado muchos avances últimamente. Esperamos que todavía se pueda llegar a un acuerdo a nivel técnico, y que estas negociaciones puedan concretarse ahora, justo antes de la cumbre del Mercosur, que se celebrará esta semana en Río de Janeiro.

Las posturas de los países del lado europeo las toma la Comisión y, a nivel político, está el jefe de gabinete del presidente de la Comisión, que es el interlocutor a nivel político. Hemos hablado con él, incluso estos días en Dubai, durante la COP28, y seguimos trabajando con perspectiva. A ver si es posible superar los últimos aspectos pendientes. Creo que es un acuerdo de interés, que será estratégico no sólo para el Mercosur, sino también para la Unión Europea, como lo han declarado más de una vez varios comisarios y la propia presidenta, Ursula von der Leyen.

En 2023, con el regreso de Lula al poder, Alemania y Brasil hicieron varios esfuerzos de acercamiento tras los turbulentos años de Temer y Bolsonaro. ¿Cuáles serían los resultados concretos de este nuevo acercamiento?

Es más que un nuevo acercamiento. La relación entre Alemania y Brasil, y entre Brasil y Alemania, es tradicional y antigua. En 2024 celebraremos los 200 años del inicio de la inmigración alemana a Brasil. Tenemos relaciones antiguas, estables, fértiles y profundas.

Alemania tiene enormes inversiones en el sector industrial de Brasil. Se reanudó el diálogo a nivel político, que lamentablemente había sido paralizado por el gobierno anterior, pero, como declaró el presidente Lula, «Brasil ha vuelto». Inmediatamente reanudamos el contacto. El presidente Lula ya se ha reunido con el canciller Scholz al menos tres veces en Brasilia, Nueva York, y al margen del G7, en Hiroshima. El diálogo es muy fluido, muy cercano.

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