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El Parlamento griego aprobó enmienda presentada por el gobierno conservador que prevé conceder permisos de residencia y trabajo a unos 30.000 inmigrantes irregulares para hacer frente a la escasez de mano de obra.
La enmienda fue aprobada por el Parlamento de Grecia con una amplia mayoría (262 de 300 diputados), ya que a favor votaron todos los partidos del Parlamento, excepto las tres formaciones de ultraderecha (Espartanos, Solución Griega y Niki).
No obstante, en contra votó también el ex primer ministro y diputado de la gobernante Nueva Democracia (ND), Antonis Samarás, quien señaló que la legislación convierte a Grecia «en un faro para atraer inmigrantes ilegales».
La legislación prevé que, a partir de ahora, para trabajar de forma legal en Grecia será suficiente haber residido en el país al menos tres años, en lugar de siete, no haber cometido ningún delito penal y presentar una oferta de trabajo. Según la prensa local, faltan unos 70.000 trabajadores en los cultivos de frutas, hortalizas y olivos, así como en la ganadería, mientras que también hay miles de puestos de trabajo vacantes en los sectores del turismo y la construcción.
El ministro de Migración, Dimitris Keridis, señaló durante el debate de la enmienda que Grecia tiene un problema «de reducción de la fuerza laboral» y que esta legislación es «imprescindible» para que no se ralentice el desarrollo de la economía.
Según señaló el ministro de Trabajo, Adonis Georgiadis, a la televisión privada SKAI, la legalización de estos inmigrantes contribuirá también a combatir el trabajo no declarado. Es una de las pocas veces de los últimos años en que una legislación es aprobada con una mayoría tan amplia, con el voto a favor tanto de ND como también del principal partido de oposición, el izquierdista Syiriza.
No obstante, el gobierno conservador del primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, precisa que esta legislación no significa un cambio en su «estricta pero justa» postura en migración y protección de las fronteras. Grecia es uno de los principales destinos de entrada de los refugiados que quieren llegar a la Unión Europea (UE).
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), casi 45.000 personas llegaron a Grecia desde Turquía en lo que va de año, con datos del 10 de diciembre, más del doble que los algo menos de 19.000 de 2022. El país ha sido repetidamente acusado por ONG y medios internacionales de practicar devoluciones en caliente (inmediatas) de migrantes hacia Turquía en el mar Egeo, lo que el Gobierno griego siempre ha negado.
La Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) afirmó que el naufragio de un pesquero que transportaba a cientos de migrantes frente a las costas de Grecia, con al menos 79 muertes, podría ser «una de las peores tragedias migratorias de la historia».
Este naufragio, al suroeste de la península del Peloponeso, es ya el más mortífero de los que han ocurrido este año en el Mar Jónico.
«Es desgarrador y sencillamente inaceptable que estas personas, que buscaban seguridad y un futuro mejor, hayan muerto en las fronteras de la Unión Europea (UE) en 2023», aseguró en un comunicado el director de operaciones de la FICR, Frido Herinckx.
Por su parte, los voluntarios de la Cruz Roja Helénica alertan de que las posibilidades de rescatar a supervivientes del naufragio son cada vez más escasas.
«La gente está agotada (…) Muchos necesitan atención sanitaria urgente y necesitarán apoyo psicológico en los próximos días», afirmó el voluntario Dimitris Chaliotis.
De momento, la Cruz Roja ya está proporcionando parte de este apoyo a los migrantes que sobrevivieron a la tragedia, procedentes de Pakistán, Egipto, Siria y Palestina.
Según la organización humanitaria, los primeros tres meses de 2023 han sido los más mortíferos desde que se tienen registros en la ruta migratoria del mar Mediterráneo Central.
«Podría tratarse de la peor tragedia marítima de los últimos años en Grecia» afirmó, por su parte, Stella Nanou, del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), a la televisión pública ERT.
El vocero gubernamental griego Ilias Siakantaris dijo el miércoles que, de acuerdo con informes sin confirmar, había hasta 750 personas a bordo del barco pesquero.
Ayer, miércoles, tres hombres que se encontraban entre los rescatados fueron interrogados en la sede portuaria de Kalamata bajo la sospecha de ser los presuntos traficantes de personas.
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