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Una mujer que dice estar comprometida con la paz presentó el miércoles su candidatura a la presidencia de Rusia, en una votación en la que el actual gobernante Vladímir Putin aparece como favorito a la reeleción.
La comisión electoral confirmó que Ekaterina Duntsova se inscribió dentro de las 16 candidaturas para la presidencia de mediados de marzo próximo en Rusia.
Duntsova dijo que tiene 50% de posibilidades en la contienda, aunque la mayoría de los observadores considera que la reelección de Putin es un hecho.
Putin aspira a un nuevo mandato de seis años, una formalidad, ya que la oposición ha sido aplastada en los últimos años. Casi todos los opositores políticos importantes, como el activista anticorrupción Alexéi Navalny, están encarcelados o exiliados.
La experiodista de 40 años y actual concejala se postula como aspirante independiente «por la paz y los procesos democráticos».
«En este momento ya se recibieron los expedientes de 16 candidatos», dijo el miércoles la presidenta de la comisión electoral Ella Pamfilova, citada por las agencias de prensa rusas.
Los candidatos tienen hasta el 27 de diciembre para presentar una solicitud inicial de inscripción, según el calendario oficial.
En caso de decisión favorable de la comisión, todo candidato independiente (no apoyado por un partido representado en la cámara baja del parlamento) deberá recoger 300.000 firmas de apoyo y presentarlas al menos 45 días antes de las elecciones a la comisión electoral, que tomará una decisión final en un plazo de 10 días.
Pamfilova indicó el miércoles que «unos 38 millones de electores» tendrán la posibilidad de votar en línea en los comicios que se celebrarán entre el 15 y el 17 de marzo de 2024.
Los territorios ocupados por Rusia en el este y el sur de Ucrania también participarán en las elecciones.
En teoría, Putin puede permanecer en el Kremlin hasta 2036, cuando cumplirá 84 años.
Vladímir Putin se postula para la reelección en mayo de 2024. A mediados de diciembre, después de honrar a los soldados, el jefe de Estado ruso anunció, casi de pasada, lo que todos esperaban desde hacía mucho tiempo: se postularía para la presidencia por quinta vez. Completamente sorprendente fue, por el contrario, un anuncio hecho unas semanas antes: una joven periodista de televisión de Rzhev, una ciudad de 60.000 habitantes al oeste de Moscú, quiere competir contra el gobernante permanente.
Ekaterina Duntsova tiene 40 años y es madre soltera de tres hijos. «Hoy, la situación en Rusia es la siguiente: cualquiera que pueda representar a ciudadanos con opiniones democráticas en las próximas elecciones está en prisión o tiene sus derechos restringidos, es perseguido o se ve obligado a exiliarse», dice. Y quiere ofrecer una alternativa real. «¿Por qué no una mujer como presidenta, como símbolo de gentileza, bondad y sentimientos?», responde Duntsova, con una pregunta, en entrevista con DW.
Para ser candidata, sin embargo, aún tiene que recorrer un largo camino. Vladímir Putin fue nominado por su partido nacionalista-conservador Rusia Unida. Duntsova no tiene una nominación partidista. Para ser registrada oficialmente como candidata, debe recolectar un total de 300.000 firmas de sus seguidores antes del 31 de enero de 2024. No es una tarea fácil para una mujer que hasta ahora sólo ha trabajado como política regional.
Cuando Duntsova anunció su plan, inmediatamente tuvo que explicar su postura sobre la «operación militar especial» en Ucrania. Duntsova aboga por la paz sin describir la guerra en Ucrania como tal. Sopesa cuidadosamente cada declaración para no violar la ley sobre «desacreditar al Ejército ruso». De lo contrario, podría enfrentarse a una larga pena de prisión.
Hasta el momento, no ha sentido ninguna consecuencia. Pero eso es exactamente lo que alimentó las sospechas de los críticos de que Duntsova era una «candidata saboteadora» del Kremlin: una de esos candidatos falsos que se presentan con la aprobación de Putin, para que la campaña electoral presidencial parezca una competencia real.
Sin embargo, Abbas Galyamov no ve «ninguna razón para creer que Duntsova no esté actuando con sinceridad». El exredactor de discursos de Vladímir Putin rompió con el presidente en 2010 y ahora vive en el exilio como analista político. «Tiene buena reputación como persona comprometida con ideas sinceras. Duntsova es vista como una persona que lucha por sus ideales y no hace política oportunista», explica a DW.
La política ya ha encontrado algunos obstáculos en su camino: pocos minutos después de que Ekaterina Duntsova pidiera públicamente apoyo financiero para su campaña electoral a través de sus canales de redes sociales, se dice que su banco bloqueó el ingreso de dinero a su cuenta para no recibir dinero. Así lo explicó Duntsova en su canal de Telegram.
A su reunión de nominación del 17 de diciembre pasado acudieron no sólo 700 simpatizantes, sino también la policía local. «De repente, se fue la luz», escribió en Telegram. «Inmediatamente, organizamos un suministro eléctrico de emergencia mediante un generador». Entonces, el moderador del encuentro le quitó el micrófono y pidió no hacer «ninguna pregunta política». «Probablemente, seguirán produciéndose pequeñas averías», afirma, combativamente, esta mujer de 40 años, «pero las superaremos juntos».
Combativa o no, incluso como oponente sincera, Ekaterina Duntsova puede ser utilizada por el Kremlin para sus propios fines o simplemente ignorada. Abbas Galyamov ve dos posibles escenarios.
En el primero: El Kremlin permite que Duntsova recoja las firmas necesarias y se registre oficialmente. Luego, podría utilizarla para dar más legitimidad a la victoria de Putin y, sobre todo, a la guerra en Ucrania. Si Putin supuestamente ganara en forma «justa» contra un candidato pacifista, podría explotar esto para la propaganda rusa.
En el segundo: el Kremlin no permite que Duntsova se presente siquiera como candidata. «El riesgo de que obtenga demasiado apoyo y demasiados votos es grande», señala Galyamov, «especialmente si la situación en el frente se deteriora durante su campaña electoral, lo cual no se puede descartar». Entonces, cree el analista, el voto de protesta podría inclinarse por ella. Quizás lograría un éxito respetable. Es poco probable que el Kremlin se arriesgue a eso.
Ekaterina Duntsova es consciente de lo peligroso que puede ser desafiar al presidente Putin. También sabe que sus críticos internos más duros, Alexei Navalny, Ilya Yashin y Vladimir Kara-Mursa, fueron condenados a largas penas de prisión. Aun así, tiene esperanzas: «Las perspectivas pueden no ser muy buenas. Todos hemos visto lo que les sucede a las personas que dan a conocer su posición, de una forma u otra. Se les tilda de agentes extranjeros o se los procesa. Pero yo quiero creer en el mejor resultado», dice a DW.
Y añade, en su canal de Telegram: «Porque amo a nuestro país, porque quiero que Rusia sea un Estado democrático, próspero y pacífico. Porque, en este momento, nuestro país se está moviendo en una dirección completamente diferente: alejándose de los derechos y libertades, alejándose del amor y de la paz, alejándose de un hermoso futuro».
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