ARGENTINA

Lectura: 7 minutos
El gobierno de Argentina, encabezado por el economista liberal Javier Milei, formalizó la renuncia a integrar el grupo de los BRICS mediante cartas dirigidas a los países del bloque, informó el viernes el portavoz presidencial Manuel Adorni.
En las misivas firmadas por Milei, se informa que «en esta instancia no se considera oportuna la incorporación de la República Argentina al BRICS como miembro pleno a partir del 1 de enero de 2024».
En una reacción casi inmediata, el gobierno de Rusia lamentó la decisión de Buenos Aires de no ingresar a partir del 1 de enero en el grupo de economías emergentes, integrado además por Brasil, India, China y Sudáfrica, aunque lo consideró un «derecho soberano».
La incorporación de Argentina al grupo de países de los BRICS había sido decidida en la Cumbre de Johannesburgo (Sudáfrica) en agosto pasado, bajo el gobierno socialdemócrata del exmandatario Alberto Fernández.
Fernández ofreció al dictador Putin convertir a la Argentina en la puerta de ingreso de Rusia a los países de América Latina, en ocasión de una visita oficial del entonces presidente a Moscú.
«La impronta en materia de política exterior del gobierno que presido desde hace pocos días difiere en muchos aspectos de la del gobierno precedente», justificó en sus misivas Milei, que asumió el pasado 10 de diciembre.
En la cumbre de Johannesburgo, los BRICS anunciaron la ampliación del grupo (que representa 24% del PIB global y 42% de la población mundial) con la invitación a seis nuevos miembros, que además de Argentina incluía a Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos.
Argentina mantiene una disputa permanente con Irán al que hace responsable de un gravísimo atentado cometido en 1994 contra la colectividad judía, y que la Suprema Corte de Justicia responsabiliza del ataque después de una larga investigación.
Los BRICS comparten la reivindicación de un equilibrio mundial más inclusivo, especialmente en lo que refiere a la influencia de Estados Unidos y de la Unión Europea. China, que representa cerca del 70% del PIB del bloque, fue quien impulsó su expansión.
El presidente Milei ha señalado a Estados Unidos e Israel como los principales aliados estratégicos de su gobierno. «No nos vamos a alinear con comunistas», había declarado Milei durante su campaña presidencial, cuando aseguró que quería poner fin a las relaciones comerciales con el gigante asiático, segundo mayor socio comercial de Argentina después de Brasil.
Sin embargo, tras asumir adoptó un tono más conciliador hacia Pekín y agradeció «las felicitaciones y los buenos deseos» que recibió del líder chino Xi Jinping.
Los BRICS están creciendo en influencia. ¿Es irrelevante una alianza de Estados tan diferentes, o está surgiendo un bloque antioccidental?
Claramente aun cuando no se haga visible se trata de un polo manejado por China para disputar el poder de Washington.
Argentina no se une a esa alianza de Estados. El Gobierno entrante lo ha cancelado, con un tuit en la plataforma X. No obstante, los BRICS crecerán: se unirán Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos e Irán, así como Egipto y Etiopía. De esta forma, los BRICS pueden consolidar su papel como voz del Sur Global y tener más peso en la política internacional. Esto ocurrirá bajo la presidencia de los BRICS de Rusia en 2024.
Desde que los banqueros de Goldman Sachs crearon el acrónimo BRIC para un fondo de inversión en 2001, los BRICS han hecho una carrera asombrosa. Los jefes de Estado de Brasil, Rusia, India y China se reunieron por primera vez en 2009, y en 2011 Sudáfrica se convirtió en el primer Estado africano en unirse. Más sorprendente es que democracias como Brasil, India y Sudáfrica cooperan pragmáticamente con las autocracias de China y Rusia por encima de fronteras ideológicas en esta alianza.
Por muy diferentes que sean los BRICS y sus intereses: Johannes Plagemann, politólogo del think tank GIGA, con sede en Hamburgo, ha identificado un consenso mínimo: «Que sería de desear un orden mundial internacional menos dominado por Occidente», un pensamiento común a pensadores y políticos europeos.
Quizás no se trate de un sinónimo de hostilidad hacia Occidente. Los BRICS sólo pueden tomar decisiones por unanimidad. Por eso, ni China ni Rusia ─ni Irán, en el futuro─, pueden imponer fácilmente sus posiciones.
Sin embargo la voluminosa billetera china es una herramienta formidable para aceitar las relaciones con los países más pobres del planeta, como ya se ha comprobado.
Según el politólogo alemán Günther Maihold, la pertenencia a los BRICS no sólo ofrece una ganancia de estatus en la política internacional para los países miembros. También brinda la oportunidad de escapar del partidismo en la creciente competencia geoestratégica entre China y Rusia, por un lado, y Occidente, por otro. «La pertenencia a los BRICS deja en claro que no se quiere caer en esta lógica de partidos y se quiere adoptar una postura independiente», afirma Maihold, profesor de la Universidad Libre de Berlín.
Los BRICS ni siquiera tienen secretaría propia. Pero sí tienen su propia institución financiera: el Nuevo Banco de Desarrollo. La inclusión de los ricos jeques petroleros Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos podría aumentar su capital.
Plagemann prevé cambios como consecuencia del ascenso del sur global y la pérdida relativa de poder de Occidente: «En muchos ámbitos de la política internacional, el mundo se volverá más transaccional». El autor del libro recientemente publicado «Wir sind nicht alle: Der Globale Süden und die Ignoranz des Westens» (Nosotros no somos todos: El sur global y la ignorancia de Occidente) explica lo que esto significa concretamente: «Que habrá menos énfasis en el acuerdo ideológico, la promoción de la democracia, los derechos humanos, etc., y que todos los implicados se concentrarán más en querer sacar adelante sus propios intereses fundamentales».
Plagemann aboga por un enfoque sosegado hacia los BRICS. Aconseja ver a la alianza de Estados como un socio de cooperación, allí donde tenga sentido en términos de contenido. «Si las grandes instituciones internacionales, como las Naciones Unidas, son cada vez menos capaces de actuar, los grupos restantes, facciones e instituciones deben ser al menos potencialmente capaces de cooperar. No tiene sentido crear una oposición», concluye el experto.
Otro artículo de interés: Controversia por ingreso de Argentina a BRICS
